30 de agosto de 2009

Grecia dentro del marco geografico


GRECIA
EL MARCO GEOGRAFICO


La indudable trascendencia que tiene el medio geográfico tanto en la génesis como en el desarrollo de la vida del pueblo heleno, hace imprescindible realizar un breve análisis de las condiciones geográficas de la antigua Grecia.
La naturaleza del territorio en que habitaron fue uno de los factores determinantes de la organización política de los griegos en ciudades independientes. Grecia no es un país de grandes llanuras. Las montañas se cruzan en todas direcciones, y los valles, que se extienden entre sus flancos, sin estar totalmente separacios entre sí, forman regiones propicias para la vida particularista y local. Lo mismo se puede afirmar de la costa del Asia Menor, donde también se establecieron los griegos, así como de las islas del Egeo.
La superficie aproximada que tuvo en la Antigüedad alcanzaba a unos 64.000 Km2 repartidos en una parte continental, otra peninsular, y una tercera insular.
El sector continental, que es parte de la Península de Los Balcanes, se extiende desde Tesalia hasta el Golfo de Corinto. Este sector se extiende de noroeste a sureste. Por el este, el mar Egeo sembrado de islas lo separa del Asia; por el oeste el mar Jónico, lo separa de Sicilia y de las costas meridionales de Italia. Es una región erizada de montañas que son prolongaciones del sistema alpino.
El sector de Grecia peninsular o Peloponeso actualmente llamado Morea, es una península apenas ligada a la Grecia Continental por el angosto istmo de Corinto. La estrechez de ese istmo hace del Peloponeso casi una isla de costas extremadamente recortadas. En el sur del Peloponeso dos altas cadenas sirven de marco a la llanura de Laconia, en que se hallaba la ciudad de Esparta.
Grecia insular, la integraron una multitud de islas que rodean la parte sur de la península de Los Balcanes: sólo en el Mar Egeo hay más de tres mil de ellas, de todo tamaño, forma y calidad, constituyendo una especie de puente natural entre Grecia y Asia Menor.
Entre las islas de mayor tamaño, podemos mencionar Euloca, en la costa norte del Atica, Lemnos, Lesbos, Auíos, Samos y Rodas, en las costas occidentales de Asia Menor. El resto de las islas del sector forman archipiélagos.
Al sureste del Peloponeso, en medio del Mediterráneo, se ubica la gran isla de Creta, cuna de la cultura minoica.


ANTECEDENTES


El pueblo que primitivamente ocupó los territorios de la Península de Los Balcanes, fue el de los Pelasgos. De cultura rudimentaria y de un escaso poder defensivo fueron sometidos, sucesivamente, a la influencia cultural, económica y aún territorial de otros pueblos, como los cretenses, los aqueos y los dorios.


LOS CRETENSES Y LA CIVILIZACION MINOICA


Aproximadamente hacia el año 3.000 a.C. florece esta civilización que tenía su centro en la isla de Creta y cuya influencia cultural y sobre todo, económica llegó a expandirse por toda la región del mar Egeo, incluyendo a la Península de Los Balcanes. Los cretenses poseían una poderosa flota que les aseguraba el domino del mar y la mantención de su economía comercial. Sus principales ciudades fueron: Knossos, Faistos y Haga Triada.
Políticamente se organizaban como una monarquía, cuyo rey llamado Minos era considerado la encarnación del dios principal y que por esa razón su autoridad estaba revestida de un carácter divino y era absoluta.
Su máximo esplendor lo alcanzó, al parecer, alrededor del siglo XVII a.C. y luego entró en una lenta, pero sostenida decadencia hasta que su predomino fue totalmente superado por el poder expansivo de los pueblos aqueos recién llegados a los balcanes.


LOS AQUEOS Y LA CIVILIZACION MICENICA


A partir del año 2.000 a.C., grupos de pueblos aqueos iniciaron una invasión a la Península de Los Balcanes, ocupando el territorio habitado por los pelasgos y sometiendo a éstos a su dominio. Los primeros contactos de los aqueos con la civilización minoica fueron de dependencia de éstos hacia aquéllos, pero , premunido de un acervo cultural propio, el pueblo aqueo tomó los elementos necesarios de los cretenses, los adaptó a sus formas y dio a luz una nueva civilización: la llamada civilización Micénica.
Luego de la decadencia Minoica, el centro del predominio se desplaza de la isla de Creta a la Península de Los Balcanes o más específicamente a las ciudades de Micenas, Tirinto y Orcómenos, que son los centros desde donde los aqueos irradian su civilización y expanden su comercio alcanzando aún al Asia Menor, donde establecen la ciudad de Troya.


LA LLEGADA DE LOS DORIOS


Entre los años de 1.200 a 1.100 a.C., aparece en la Península un pueblo dotado de un valor y destreza militar muy superiores: los Dorios, que conocedores del hierro lograron imponerse a aquellos pueblos que les presentaban resistencia. Recorren la Península y se establecieron de preferencia en el Peloponeso, en la región de Lacedemonia. Al principio los dorios sometieron y esclavizaron a todo el vencido,pero pronto, se impuso la cultura Micénica y estos grupos se unieron cultural y aún racialmente.


LA POLIS GRIEGA


Antes de llegar a las costas del Egeo, las bandas invasoras eran tribus de pastores nómades. Pero una vez establecidas en esas regiones, su vida cambió de modo fundamental. La adquisición de tierras los transformó en sedentarios y agricultores, si bien durante mucho tiempo los rebaños constituyeron para ellos la principal riqueza. Las primeras agrupaciones fueron pequeñas aldeas habitadas por un escaso número de familias que poseían las tierras circundantes. Poco a poco, las aldeas vecinas se juntaron y se transformaron en ciudades, cada una de las cuales constituyó un Estado perfectamente independiente, con su gobierno, sus leyes, sus recursos, sus ejércitos propios.
La Ciudad Estado o Polis, junto con su territorio, tenía escasa extensión. Esta variaba entre 100 y 1.000 Km2. La población no solía exceder los 5.000 habitantes. Atenas en su apogeo tuvo una población de 300.000 habitantes.
La Polis fue el factor dominante en la vida colectiva griega. Fue el núcleo en que se condensó la vida helénica en su totalidad. La grandeza y el esplendor de Grecia coincidieron con el poder y el florecimiento de sus ciudades. Jamás los griegos se unieron en un estado nacional que hubiese abarcado a toda la Hélade.
Cada ciudad, con su reducido territorio y su escasa población, constituyó una pequeña nación, y las rivalidades existentes entre ellos fueron un permanente factor de guerra y de perturbaciones.
Por encima de estas rivalidades y a pesar de no constituir un Estado, la semejanza de costumbres y de creencias se tradujo en un tipo de vida común a todos los griegos. Por eso, ellos se dieron a sí mismos el nombre de helenos y llamaron bárbaros a los pueblos que no eran de su raza y hablaban idiomas extraños.
En el curso de los siglos la Polis experimentó profundos cambios internos. Algunas ciudades tuvieron un desarrollo especial, pero en su mayoría pasaron por cinco formas de gobierno: la monarquía, el gobierno de un rey que había recibido un poder por herencia; la aristocracia, el gobierno de los “mejores”, esto es, de nobles cuyo poder descansaba sobre sus tierras y que legitimaban su posición mediante el nacimiento y la sangre; la plutocracia, el gobierno de los más ricos; la tiranía, el gobierno de algún personaje ambicioso que llegaba al poder por la vía ilegal y cuya autoridad no descansaba sobre la herencia, la posición social o la riqueza, sino sobre su fuerza personal; la democracia, el gobierno del pueblo basado en el principio de la igualdad de todos los ciudadanos.




EXPANSION COMERCIAL Y COLONIZACION (siglos VIII VI a.C.)


Los territorios ocupados por los griegos comprendían la Hélade, las islas del Egeo y la costa del Asia Menor. Durante los siglos inmediatamente posteriores a la invasión de los Dorios (X y IX a.C.), los Griegos permanecieron en esa región, dedicados casi exclusivamente a sus ocupaciones agrícolas y ganaderas. Pero gradualmente cambiaron sus costumbres: se hicieron navegantes y empezaron a competir en el tráfico marítimo con los fenicios.
A partir del siglo VIII a.C. se lanzaron, como los fenicios, a colonizar las costas del Mediterráneo, desde el mar Negro hasta el estrecho de Gilbraltar, extendiendo así la civilización griega.
Una de las causas más importantes del movimiento colonial fue la densidad excesiva de la población que habitaba en un nuclo sumamente pobre.
Por otra parte, las tierras estaban acaparadas por las familias nobles que, lejos de facilitar su división, se empeñaban en concentrar la mayor cantidad posible de ellas, oprimiendo a los pequeños propietarios. De ahí la necesidad que tenían los trabajadores rurales de buscar nuevas comarcas en las que pudieran establecerse.
Otra causa que influyó en la colonización fue la situación política. Dentro de las ciudades, cuyo gobierno en este período estaba monopolizado por la nobleza, había luchas constantes, unas entre fracciones nobiliarias, otras, entre los nobles y las demás clases sociales. Estas luchas, sangrientas y crueles, impulsaron a los vencidos a alejarse de su país para fundar, en otra parte, una nueva patria.
Otra causa fue el progreso de la navegación. En esta materia los griegos fueron buenos discípulos de los fenicios, cuyo estilo de barco imitaron, para superarlo después con la invención del trirreme, barco con tres puentes de remeros.
Se debe mencionar que el desarrollo de las industrias de tejido, de alfarería y de objetos de bronce obligó a buscar nuevos mercados.
El intercambio comercial se vio favorecido por el creciente use de la moneda acuñada que había sido inventada hacia el 600 a.C. en Lidia, En Asia Menor.
De esta manera hacia el 750 a.C. se inició un movimiento general de expansión que se prolongó durante dos siglos. En ese tiempo los griegos fundaron un gran número de colonias a lo largo de toda la costa del Mediterráneo y del mar Negro, desde las columnas de Hércules hasta la Península de Crimea. El sur de Italia se pobló hasta tal punto de colonias griegas que recibió el nombre de Magna Grecia. Bizancio sobre el Bósforo, Mesina y Siracusa en Sicilia, Marsella en Francia, Sagunto y Malaga en España, Nápoles en Italia, Naucratis en Egipto se convirtieron en ricos e importantes centros comerciales, políticos y culturales.
Cada nueva fundación se constituyó como Ciudad Estado independiente. Sin embargo, se mantuvieron estrechos vínculos comerciales, sociales y religiosos entre las colonias y las metrópolis. A través de las colonias la civilización griega se difundió por todo el Mediterráneo.


EL NACIMIENTO DE ATENAS


La colonización del Atica por los aqueos, no se realizó de una sola vez, sino que se desarrolló en oleadas sucesivas. Cuatro tribus vinieron a asentarse en la región, eligiendo a Eulesis, Acrópolis, Braurona y Maratón como lugares de resistencia; las tribus del Atica, aunque de una misma conformación étnica, eran independientes entre sí y durante largos años prevaleció en ellas la forma de organización tribal.
Cada tribu era una organización política familiar a cuya cabeza se encontraba un rey que era asesorado en todas las materias de importancia por un Consejo de Ancianos, integrado por los jefes de los clanes de la tribu. A ella se pertenecía por nacimiento y todos sus miembros tenían entre sí, vínculos de parentesco ya que descendían de un antepasado común, el que atribuían características divinas y denominaban “héroe epónimo”.
Una de estas tribus, la que habitaba en torno a la Acrópolis en 1.556 a.C., fundó la ciudad de Atenas, que durante largos años, las demás tribus ni siquiera consideraban como digna de ser habitada. Correspondió a un legendario rey, Teseo, el mismo de la leyenda del Minotauro, darle una unidad y cobijar en ella a todas las tribus, respetando eso sí las características de cada una.
Por eso, al organizarse la ciudad, unificadas las tribus, el régimen de gobierno, no difería mucho del tribal ya conocido. A la cabeza se encontraba el rey, pero su autoridad estaba limitada en el ejercicio del poder por un Consejo de Nobles, el Areópago, que estaba integrado por los jefes de tribus y los jefes de clanes. Más abajo se instalaba una asamblea de aristócratas (eupátridas), la Ecclesia, que en los primeros tiempos carece de atribuciones políticas de importancia.
Se puede decir entonces que en los primeros tiempos Atenas tuvo una Monarquía limitada por la aristocracia terrateniente.


EL REGIMEN ARISTOCRATICO EN ATENAS


Gradualmente se fue produciendo una diferencia social y económica entre los miembros de las distintas tribus hasta formarse una aristocracia poderosa que fue sustituyendo lentamente a los reyes en sus funciones. “El rey no era apenas más que el “primus inter pares”, el primero entre sus iguales”. Estos pares formaban el consejo del rey y, algunas veces estos nobles llevaban el título de reyes. El cambio no fue grande, pues, cuando la nobleza sustituyó a la monarquía en la dirección del Estado. No hubo ninguna revolución, ni conmoción profunda; la realeza desapareció progresivamente, casi sin que se notara. Poco a poco fue perdiendo atribuciones políticas y el rey acabó siendo sólo el “sumo sacerdote” (Carl Grimberg). Hasta el año 900 a.C. la monarquía ya había desaparecido.
Tres magistrados, arcontes elegidos por la aristocracia de entre sus propios miembros, asumieron las funciones que antes estaban concentradas en el rey. El arconte Basileus, al frente de los asuntos religiosos como sumo sacerdote; el arconte Polemarca que asumió la dirección de los asuntos militares, y el arconte Epónimo que se desempeñó como Juez Supremo.
El año 683 a.C. se introdujo otra reforma de importancia al agregarse seis arcontes, Ilamados tesmotetes, cuya función era la de cooperar con los otros arcontes y velar por el cumplimiento de la constitución.
En un comienzo los arcontes tuvieron el carácter de vitalicios, pero pronto su período fue reducido a diez años y el año 680 a.C. a uno sólo.
Como en el desempeño de sus funciones los arcontes lograban reunir una valiosa experiencia que no debía desperdiciarse, al hacer dejación de sus cargos, pasaban a integrar el Consejo del Areópago en forma vitalicia.
Este consejo aumentó en mucho su importancia durante la existencia del régimen aristocrático de Atenas, estando encargado de velar por el cumplimiento de la constitución (función que comparte con los tesmotetes), supervisar la conducta pública de los arcontes y fiscalizar la elección de los arcontes en la asamblea (ecclesia).
La ecclesia era la asamblea aristocrática en la que sólo podían participar los eupátridas y a la que correspondia la función de elegir a los arcontes y la de aprobar las leyes.


LA OPRESION DE LOS NOBLES Y LAS LUCHAS SOCIALES
(siglo VII a.C.)


Con la sustitución de la reyecía por nueve arcontes, los eupatridas se adueñaron completamente del poder.
El gobierno de los nobles fue muy duro, especialmente para los campesinos. El rendimiento de sus cosechas no era remunerativo, pues empezaba a sentirse la competencia del trigo extranjero, que hacía bajar los precios de ventas. Para salir de la situación angustiosa en que los sumía una mala cosecha, los pequeños propietarios rurales pedían prestado a los ricos eupatridas, que exigían un altísimo interés por su dinero. Y, en caso de incumplimiento en el pago de la deuda hacían responder al deudor, no sólo con sus bienes, sino también con su persona y con la de sus familias.
De este modo, los nobles fueron acaparando cada vez más tierras, en tanto que los pequeños propietarios disminuían y aumentaban los esclavos por deudas.
Esta situación se tradujo en serias demandas de los grupos bajos de la sociedad (georgis y demiurgos) en pro de una reforma de la ley y del régimen público.
En estas luchas sociales se van a colocar del lado de los campesinos, los industriales y los comerciantes, nuevos elementos de la sociedad ateniense, a los que el progreso económico empezaba a enriquecer y que deseaban agregar a su riqueza la influencia política que los nobles les impedían adquirir.


DRACON Y LA CODIFICACION DEL DERECHO EN ATENAS:


Aprovechando las serias convulsiones sociales por las que atravesaba Atenas, un noble llamado Citón (o Cilón) realizó un intento por adueñarse del gobierno de la polis y establecer una tiranía (630 a.C.). Sin embargo, no tuvo éxito en su intento y se refugió en la Acrópolis, en el templo de Atenea, también llamada Minerva; alla fue convencido por los arcontes de entregarse bajo la promesa de que le sería respetada la vida; no obstante ello, uno de los arcontes llamado Megacles, de la familia de los Alcmeónidas, ordenó darle muerte y así se hizo.
Este acto causó conmoción y repudio entre los atenienses y Megacles y los Alcmeónidas debieron marcharse de la ciudad.
Aún cuando Citón no logró su propósito, alertó a los eupátridas respecto de lo riesgoso de la situación que se vivía y resolvieron dar satisfacción a algunas demandas del “demos”, principalmente, codificar las leyes que era una de las demandas más importantes que se formulaban, por la existencia de un derecho consuetudinario, sólo conocido por los eupátridas y utilizado discriminatoriamente por ellos.
Para estos efectos se invistió a uno de los arcontes tesmotetes, llamado Dracón, con facultades extraordinarias y el título de Legislador Extraordinario, el año 621 a.C.
Dracón se limitó, en general, a poner por escrito las leyes que existían sin reformar nada de lo sustancial y manteniendo en toda su severidad las penas que el derecho consuetudinario ateniense prescribía para los diferentes delitos. Tan rigurosas eras estas leyes que se dice, metafóricamente, que el Código de Dracón estaba escrito con sangre.
A pesar de todo, la obra de Dracón fue importante porque por vez primera hubo en Atenas leyes escritas y, por lo tanto, que podían ser conocidas e invocadas por todos. Al ser conocida la ley, además, declinaron las venganzas personales o familiares, tan comunes hasta entonces, y los atenienses comenzaron a someterse a la jurisdicción de los tribunales.






LAS REFORMAS DE SOLON


La codificación realizada por Dracón, a pesar de su importaia, no logró detener por mucho tiempo los peligros que se cernían sobre Atenas, pues los motivos que los generaban eran mucho más profundos que la simple inexistencia de un derecho escrito.
Muy pronto la situación volvió a agravarse y la amenaza de rebelión fue inminente. Los eupátridas decidieron, entonces, realizar una reforma de la ley, para lo cual invistieron a Solón de plenos poderes para revisar las leyes y modificar lo que creyera necesario.
Solón era un eupátrida que, no obstante, se condolía de la situación del demos y creía imprescin¬dible aliviar su situación. La aristocracia reconocía en él sus virtudes cívicas, su talento y su moderación; los grupos bajos de la sociedad lo querían por sus incli¬naciones democráticas manifestadas públicamente en reiteradas ocasiones. Parecía ser la persona indica¬da para solucionar tan grave crisis.


LA “SACUDIDA DE CARGAS”


Su medida más inmediata fue la solución del problema de las deudas y de la esclavitud por deudas. Para ello dispuso la “sacudida de las cargas” que consistió en la liberación de los esclavos por deudas, la condonación total o parcial de ellas (lo que permitió el retorno a la ciudad de muchos atenienses que se habían exiliado para evitar la esclavitud) y la prohibición de vender como esclavos a los deudores y a sus familias.
Muy relacionada con el problema de las deudas y, además para incentivar el comercio ateniense, Solón cambió la moneda. Hasta entonces en Atenas se había usado el Patrón de Egina, el que fue reemplazado por el Patrón Euboico que pesaba una tercera parte menos que el anterior, como la moneda conservó su mismo valor nominal, las deudas se vieron reducidas automáticamente en una tercera parte y, además, esto le permitió extender su red comercial a la Magna Grecia y a la región Egea en donde también se utilizaba el Patrón Euboico.


LAS REFORMAS SOCIALES, POLÍTICAS Y MILITARES


Pero junto con solucionar los problernas más urgentes y dar un impulso a la economía ateniense, Solón introdujo algunas reformas políticas de suma importancia,que arrebataron al grupo de los eupátridas la exclusividad del gobierno del estado, permitiendo también la participación del demos. El conjunto de reformas políticas suyas se conoce como la Constitución de Solón.
Aprovechó una antigua división de la población, según la cual existían cuatro grupos de riqueza y concedió los derechos cívicos y los deberes ante el Estado de acuerdo a ella. Las cuatro clases de riqueza eran:
PENTACOSIOMEDIMNOS: Formado por todos aquellos atenienses cuya riqueza ascendiera al equivalente de más de quinientos sacos de cereales en el año. Prácticamente todos los eupátridas quedaron comprendidos en este grupo, pero además de ellos también lo integraron los comerciantes que habían logrado enriquecer. Este grupo tenía plenos derechos políticos y el privilegio de poder ocupar, con exclusividad, las magistraturas más importantes del Estado que eran el Arcontado, el Areópago y la Tesorería.
HIPPEIS O CABALLEROS: Grupo formado por quienes reunieron una renta anual equivalente a más de 300 y hasta 500 sacos de cereales (medimnos). Ellos pudieron acceder a la Ecclesía por primera vez y, además, integrar la Bulé o Consejo de los Cuatrocientos y la Heliaia, instituciones que él mismo creó. Los hippeis tendrían la obligación de armarse a su costa y mantener un caballo para acudir montados a la guerra.
ZEUGITAS: Lo integraron todos los ciudadanos cuya fortuna fuese superior a 200 medimnos y hasta 300. También pudieron participar en la Ecclesia, en la Bulé y en la Heliaia, pero no acceder a las magistraturas superiores. AI igual que los otros grupos, tenían obligación de concurrir a la guerra, pero como ellos no tenían fortuna necesaria para acudir montados, formaban la infantería (hoplitas).
THETES: Grupo inferior de la sociedad por su pobreza; también adquirieron la ciudadanía, es decir, derechos políticos, pero en un nivel muy bajo puesto que sólo fueron admitidos en la Ecclesia y en la Heliaia, quedando excluídos de las demás magistraturas. En el ejército fueron sometidos en calidad de remeros.


NUEVAS INSTITUCIONES


La Bulé o Consejo de los Cuatrocientos fue una de las instituciones creadas por Solón; se integraba por 100 miembros de cada una de las tribus que debían pertenecer a los tres primeros grupos de riqueza. Dicho consejo asesoraba y fiscalizaba a los arcontes por la Ecclesia.
La Heliaia era un conjunto de tribunales judiciales, integrados por hombres mayores de treinta años y pertenccientes a todos los grupos de la sociedad en los que, por su número, predominaban los Zeugitas y los Thetes.
Con estas reformas políticas y sociales, Solón suprimió el vínculo inalienable del nacimiento en que los eupatridas habían fundado su superioridad, convirtiendo a la riqueza en el elemento estratificador de la sociedad y el que determinaba la condición política del ciudadano. Si los eupátridas continuaron desempeñando un rol esencial en el Estado, fue en virtud de su riqueza y no de su estirpe; con ello el ordenamiento social adquirió una gran movilidad.
El propio Solón pudo, con justicia, pronunciar las siguientes palabras respecto de su obra: “He dado al pueblo el poder que convenía sin atentar contra su dignidad ni extenderlo demasiado. En cuanto a aquellos que detentaban el poder y brillaban por su riqueza, me he cuidado de que tampoco sufriesen nada que fuese contrario a la equidad. Sobre los unos y los otros he puesto el abrigo de un escudo poderoso y no he permitido a ninguno de los partidos que triunfase enfrente de la justicia. He escrito mis leyes para el pobre y para el rico, fijando a cada uno de ellos una regla, justa y recta”.



LA TIRANIA: PISISTRATO Y SUS HIJOS


No obstante la importancia de las reformas de Solón, las agitaciones políticas volvieron a enseñorearse en la ciudad, pues los eupátridas resintieron la perdida de los privilegios que habían disfrutado desde tiempos ancestrales, y los thetes no fueron satisfechos plenamente por las reformas que consideraron insuficientes.
Aprovechando esta situación, un aristócrata que contaba con el apoyo de los thetes, llamado Pisístrato, se hizo dueño del poder, instaurando una tiranía que, con dos intervalos en que fue desterrado, mantuvo entre los años 561 y 527 a.C..
En lo formal, mantuvo la Constitución de Solón, empero, en la ecclesia hacía designar a sus partidarios y parientes para ocupar la magistratura, lo que le permitió disfrutar de un poder sin limitaciones, el que ejerció en todo momento en beneficio directo de los grupos más bajos de la sociedad.
Durante su gobierno Atenas vive un período de gran expansión económica debido, en gran parte, a sus disposiciones. Concediendo créditos a los campesinos, entregándoles las tierras de los eupátridas exiliados, implementando un sistema expedito de justicia en los campos y otras disposiciones del mismo sentido, logró aumentar considerablemente la producción agrícola y, con ello, el comercio exterior. Los vinos y aceites de Atenas junto a su cerámica se convirtieron en los principales productos de exportación, los que unidos a la producción minera, especialmente argentífera en las minas del Laurión, significaron una gran riqueza y abundancia para Atenas.
Y esa riqueza se utilizó para embellecer la ciudad, realizar grandes obras públicas como sus acueductos y fomentar el culto de las grandes divinidades. En este último sentido es destacable el magnificente templo que hizo erigir a la diosa Atenea en la Acrópolis Ilamado Hecatompedom, y la difusión de las fiestas panateneas y dionisíacas.
Favoreció también las letras y las artes como una forma de aumentar el nivel cultural del demos. Entre otras iniciativas en ese sentido, designó una comisión para recopilar los poemas homéricos y realizó concursos poéticos y musicales.
Croiset, uno de los grandes historiadores que se ha ocupado de estudiar el mundo helénico, se ha referido al tirano Pisístrato en los siguientes términos: “es para el pueblo el que se ha creado aquella belleza y es el pueblo el que obtiene provecho de ella, no sólo por el placer que allí goza durante horas, sino y sobre todo por la cultura profunda y delicada que recibe. Puede decirse que Pisístrato, favoreciendo así la educación popular, ha sido más demócrata que muchos otros que no han sabido más de halagar a la multitud”.
Al morir Pisístrato fue sucedido por sus hijos Hippias e Hiparco, los que heredaron el gran apoyo del demos del que había disfrutado su padre. En general, se mantuvieron fieles a su política, pero, a diferencia de éste, no fueron modelo de virtud y humildad.
El año 514 a.C. Hiparco resultó muerto en una conspiración, lo que significó un endurecimiento del gobierno de Hippias hasta los límites de la crueldad y, rápidamente, fue perdiendo el apoyo que lo sustentaba, hasta que el año 510 a.C. fue derrocado por la aristocracia ateniense junto a algunas tropas espartanas, mandadas por su rey Cleómeneses, que los apoyaron en esta empresa.


CLISTENES Y LA DEMOCRACIA EN ATENAS:


Producida la caída del tirano Hippias, se produjo un breve período de luchas internas por la obtención del poder. Los aristócratas, encabezados por Iságoras, pretendieron asumir el control del Estado y reinstaurar las formas aristocráticas de organización. Por otra parte, los grupos bajos de la sociedad, acaudillados por Clístenes aspiraban a constituir un gobierno democrático, continuando con la política de Solón, pero yendo mucho más allá en las reformas.
Finalmente, predominó la segunda posición y Clístenes, apoyado por la Bulé y la Ecclesia, asumió el gobierno del Estado, impulsando desde él una serie de modificaciones de las instituciones políticas y sociales atenienses con las cuales se constituyó la democracia en Atenas.
La aristocracia continuaba siendo muy poderosa, no sólo por su riqueza, sino que, además, ejercía una gran influencia en las tribus y en los clanes, la que tenía por base tradiciones religiosas muy arraigadas en los espíritus de los atenienses, contra las cuales había luchado Pisístrato sin lograr gran cosa.


REFORMA DE LAS TRIBUS


Clístenes quiso disminuir el influjo de la aristocracia en dichas instituciones y como no le era posible arrebatar a los eupátridas sus riquezas ni creyó prudente empeñarse en una lucha ciega contra inmemoriales tradiciones religiosas, optó por reemplazar las cuatro tribus ancestrales basadas en el nacimiento por otras diez que se formaron de acuerdo a un criterio geográfico, buscando en la dispersión de las tribus una salvaguarda para las instituciones.
Todo el territorio del Estado fue dividido en 100 demos, que eran unidades administrativas con sus propios magistrados y asamblea. Estos demos quedaron repartidos en las diez tribus.
El Atica fue dividido en tres distritos: “Asty” o ciudad; costa o “paralia” y campo o “mesogea”. Cada uno de estos distritos se dividió, a la vez, en diez “tritias” o secciones formadas por un número variable de demos. Por sorteo asignó a cada tribu una tritia en la ciudad, una en la costa y otra en la llanura. De este modo, las tribus quedaron compuestas por gentes domiciliadas lejos unas de otras. Las antiguas tribus y genos subsistieron sólo para la celebración de las ceremonias religiosas tradicionales.


REFORMA DE LAS INSTITUCIONES


La reforma de las tribus hizo inadecuada la composición de la Bulé, la que debió ser modificada, convirtiéndose en el Consejo de los Quinientos, integrándose por cincuenta miembros de cada tribu, este Consejo era responsable de la hacienda pública, de los asuntos exteriores y de preparar los asuntos que debía discutir la ecclesia. Esta se reunía diez veces al año.
También se amplió la posibilidad de acceder al arcontado a un mayor número de atenienses al abrir esas magistraturas a los “hippeis” o caballeros. Y para que todas las tribus estuviesen representadas en esa institución, se agregó un décimo arconte al que llamaron secretario.


REFORMA MILITAR


La organización del ejército también fue reformada; ahora cada tribu tendría su propio ejército y jefe militar llamado “estratega” y sobre todos ellos habría un “estratega supremo”.
Por último, también buscando una protección de las instituciones democráticas de Atenas, Clístenes instituyó el “ostracismo” o exilio preventivo por un lapso de diez años, sin pérdida del hogar, bienes o derechos cívicos. Anualmente reunía la asamblea para este fin, y cada ciudadano ateniense tenía derecho de inscribir en una tablilla llamada “astraka” el nombre de quien le pareciera peligroso para las instituciones. Si algún ateniense reunía 6.000 nominaciones, debía abandonar Atenas.



LA SOCIEDAD DE ATENAS


La sociedad ateniense estaba dividida en tres clases distintas: Ciudadano, Metecos y Esclavos.
LOS CIUDADANOS: Eran la minoría de la población. A mediados del siglo V a.C., la relación numérica entre los tres grupos sociales; ciudadanos, metecos y esclavos era en efecto más o menos la siguiente: 150.000 atenienses, 50.000 metecos y 120.000 esclavos. Sólo el hombre intervenía en la vida cívica, la mujer vivía recluida en su hogar.
La ciudadanía era un privilegio que se adquiría por nacimiento. Sólo era considerado ciudadano aquél cuyos ascendientes ya lo hubiesen sido. La persona nacida en el Atica, pero de padres no atenienses, seguía siendo siempre forastero o meteco. También se transmitía de padres a hijos la calidad de esclavos. Todos los ciudadanos eran libres y eran iguales ante la ley, ya que la constitución de Atenas se caracterizaba, a partir de las reformas de Solón y Clístenes, por la isonomía, la igualdad de las leyes.
Sólo los ciudadanos podían intervenir en la vida política, actuar en las asambleas populares o en los tribunales o ser elegidos magistrados. En cambio los extranjeros o metecos y por supuesto los esclavos estaban totalmente excluidos de la vida política, de manera pues, que si bien en Atenas todos los ciudadanos tenían iguales derechos políticos, no todos los habitantes eran ciudadanos.
LOS EXTRANJEROS O METECOS: Se llamaba meteco a los extranjeros domiciliados en Atenas. Sobre ellos recaían muchas de las obligaciones de los ciudadanos. Debían servir en el ejército o en la flota, pagar los impuestos.
Los metecos eran objeto de gran consideración, pues constituían una clase numerosa, rica y culta. Realizaron grandes beneficios en la industria y el comercio.
Pero ni su riqueza, ni su cultura, ni la larga residencia en el Atica les permitía obtener los derechos políticos, pues la ciudadanía era rigurosamente hereditaria y sólo en casos excepcionales la asamblea ateniense llegó a otorgar a los metecos el privilegio de la ciudadanía.
LOS ESCLAVOS: En Atenas, los esclavos eran muy numerosos. Probablemente constituían más de la tercera parte de la población total. Sobre ellos recaían los trabajos más penosos, como la explotación de las minas. También trabajaban en los talleres, al lado de sus amos, y por lo general, desempeñaban todos los pequeños menesteres de la vida doméstica.
A los que nacían ya esclavos, se agregaba el contingente de prisioneros de guerra que eran reducidos a esclavitud y vendidos en el mercado.
En ciertas ocasiones, los esclavos eran emancipados y se convertían en hombres libres, pero quedaban siempre al margen de la ciudadanía.
La existencia del trabajo servil, cuyo costo se reducía al de la compra y alimentación del esclavo, permitió a la clase de hombres libres emancipar su vida de muchas preocupaciones materiales. Pero ello no debe entenderse en el sentido de que todo el trabajo recayera sobre los esclavos. Entre los hombres libres era, en efecto, muy numerosos los que tenían que ganarse duramente la vida.


ESPARTA

ORIGEN DE ESPARTA


Hacia el 1.200 a.C. los Dorios penetraron en el fértil valle del Eurotas en Laconia, en el sur del Peloponeso. Fundaron varios pueblos de cuya unión nació la ciudad de Esparta.
Después de violentas luchas los dorios pudieron triunfar sobre la población aquea y la redujeron a la servidumbre. En el siglo VIII los Espartanos extendieron su dominio sobre la vecina Mesenia y sojuzgaron a su población. A raíz de estas conquistas territoriales Esparta pudo, resolver el problema de la tierra, de modo que no tuvo necesidad de fundar colonias.
Los espartanos se establecieron como minoría dominante que constituía solamente el 7% de la población. El temor permanente de una sublevación de los vencidos ejerció profunda influencia sobre el sistema de gobierno y las formas de vida de los Espartanos. Esparta se convirtió en un gran campamento guerrero en que todo debía servir a la capacitación militar.


LA ORGANIZACION DEL ESTADO


La tradición atribuyó la constitución del Estado espartano al legislador Licurgo. De hecho, la constitución fue el resultado de un largo proceso histórico. AL frente del estado estaban dos reyes pertenecientes a dos familias distintas. Los reyes eran los Jefes Religiosos y Militares del Estado. La reyecía dual significaba una garantía contra el exceso del poder monárquico, pues cada rey contrabalanciaba el poder del otro.
Los reyes eran asistidos en sus funciones por un Senado o Gerusía, consejo de ancianos de más de 60 años de edad, constituído por 28 personas que duraban en sus cargos mientras viviesen. Es en manos de este consejo que, verdaderamente,residió el gobierno de Esparta, pues, poco a poco, absorbió en su beneficio las funciones ejercidas por los reyes, que sólo mantuvieron el carácter de Jefes Militares. La Gerusía resolvía, pues, todos los asuntos de importancia, pero una vez al mes convocaba a los ciudadanos, quienes reunidos en Asamblea o Apella, como se le llamaba en Esparta, aprobaban o rechazaban las decisiones adoptadas por ella. También esta Asamblea decidía sobre la guerra, la paz y las alianzas y elegía a los cinco éforos. Los éforos duraban un año en su cargo. Ellos convocaban la Asamblea Popular, administraban el tesoro público, tenían el control sobre toda la administración, vigilaban las costumbres y recibían a los embajadores de otros Estados. En el curso del tiempo los éforos pudieron ampliar cada vez más su autoridad y finalmente hasta recibieron poder para destituir y condenar a muerte a los reyes.





LA SOCIEDAD Y LAS COSTUMBRES

LAS CLASES SOCIALES: ESPARTANOS, PERIECOS E ILOTAS


La invasión de los dorios separó la sociedad espartana en tres clases: los espartanos (llamados también “iguales”), los periecos y los ilotas.
Los Espartanos: esta clase estaba formada por los descendientes de los conquistadores dorios que constituían la aristocracia, minoría privilegiada que tenía todos los derechos.
Los espartanos, cuyo número era muy escaso con relación al resto de la población, constituían un grupo privilegiado, que monopolizaban totalmente las funciones de gobierno. Para que esta minoría pudiese conservar su situación de privilegio frentea los periecos e ilotas, era necesario dotarle de una gran fuerza militar y a esta finalidad se ajustó toda la vida de Esparta.
Los espartanos fueron exonerados de toda actividad económica. El trabajo de los ilotas les aseguró la subsistencia, y toda forma de comercio o industria les quedó rigurosamente prohibida. Los espartanos vivían de las rentas que les producían las tierras que fueron repartidas entre ellos mediante sorteo.
Los Periecos: constituían una clase social inferior a la espartana, pero a la que se reconocía el ejercicio de ciertos derechos. En efecto, los periecos eran hombres libres y conservaban la propiedad de sus tierras con la condición de pagar un tributo anual a los espartanos, pero no tenían participación en el gobierno. Los periecos constituyeron la clase activa, trabajadora e industriosa de Esparta.
Los Ilotas: eran esclavos de la tierra. Licurgo entregó a los espartanos lotes de tierra con cierto número de ilotas que no podían ser separados de esa tierra. Los ilotas debían entregar a los propietarios, de quienes dependían, una prestación fija, equivalente, más o menos, a la mitad del rendimiento del terreno. Esto les permitía alcanzar, a veces, cierto bienestar material, pero recibirían de los espartanos un trato terrible. Como constituían el sector más numeroso de la población (200.000 habitantes), sus señores temían siempre una horrible revuelta y, por ello, se valieron de la severidad y del temor para mantenerlos sometidos.


LA EDUCACION Y LAS FORMAS DE VIDA


Desde su nacimiento el espartano pertenecía al Estado. Debía vivir enteramente en función de la colectividad. Los niños débiles o enfermos debían perecer. A los siete años los niños debían abandonar el hogar para ser educados en las instituciones públicas. Eran sometidos a una disciplina estricta, instruidos en las artes militares y debían aprender a hablar en forma precisa y breve. A los veinte años el joven ingresaba al ejército, a los treinta llegaba a ser ciudadano.
El espartano debía ejercitarse permanentemente para la guerra. Todos los años los éforos, al asumir su cargo, declaraban de nuevo la guerra a los mesenios e ilotas, y los jóvenes espartanos debían recorrer el país y matar implacablemente a toda persona sospechosa. Sólo el servicio militar, la caza y la acción deportiva eran actividades dignas del espartano. Toda su vida quedaba estrictamente reglamentada según las exigencias de la rigurosa disciplina militar.


LAS GUERRAS MEDICAS


Durante varios siglos los helenos se habían expandido, sin encontrar resistencias serias, por toda la región del Mediterráneo Oriental, colonizando territorios o estableciendo zonas de predominio comercial, según los casos. Pero a mediados del siglo VI a.C. el expansionismo griego se encontró con otra potencia en expansión, el Imperio Persa.
El año 547 a.C. Ciro conquistó el reino de Lidia, que poco antes había sometido a los griegos del Asia Menor, lo que significó que éstos fueron ahora dominados por los persas (conocidos como medos por los Estados griegos helenos) y puestos bajo la autoridad directa del sátrapa de Sardes. Luego, el 525 a.C. el nuevo Gran Rey persa, Cambises, conquistó Egipto en el cual se había establecido una importantísima colonia comercial jonia bautizada como Naucratis. La conquista de Egipto significó, pues, un rudo golpe para el comercio jonio, como también lo fue la conquista por Darío de Bizancio (515 a.C.) y Síbaris (510 a.C.) que constituían las claves griegas para su comercio en los mares Negro y Tirreno.
La situación se tornó bastante problemática para los griegos con estas conquistas persas pues su comercio sufrió una notoria contracción y con ella también su industria. Junto a ello, numerosos pueblos helenos padecían el despotismo persa, lo que no podía ser indiferente a los demás griegos.
Tal era la situación cuando el año 499 a.C. el tirano de Mileto llamado Aristágoras, con la ayuda de Atenas y de Eritrea, se alzó contra la dominación persa. Obtuvieron algunos éxitos parciales, como la recuperación de Bizancio, de Chipre y la destrucción de la ciudad persa de Sardes, capital de la satrapía que ejercía el dominio sobre Jonia. Pero Darío logró superar la situación, reconquistar lo perdido, y derrotar a los miletenses y destruir su ciudad. El año 494 a.C. la rebelión jonia estaba por completo sofocada. Pero para Darío el asunto no había concluído, ya que quería castigar ejemplarmente a los atenienses que habían osado desafiar su poder.
Entre los múltiples problemas del gobierno de su imperio, Darío comenzó a preparar una ofensiva construyendo naves en las ciudades mediterráneas del Imperio.
En esos momentos, un aristócrata ateniense, Temístocles, ocupaba uno de los cargos arcontales de su polis. Comprendió éste con toda claridad que el destino de Atenas estaba en juego y que sin una flota poderosa jamás lograrían derrotar al persa. Propuso su plan en la ecclesia y fue aprobado unánimamente, prestamente se fortaleció el Pireo, el puerto principal de la ciudad, y se inició la construcción de los barcos necesarios.
Sin embargo, otro aristócrata de gran influencia en la ecclesia, Milcíades, regresó a su ciudad después de una ausencia prolongada y propuso un plan alternativo que consistía en combatir en tierra aprovechando la superioridad ateniense en la lucha cuerpo a cuerpo: la Asamblea se inclinó esta vez por Milcíades y se detuvo la construcción de naves.
El año 490 a.C. vino la ofensiva persa contra la península Balcánica. Primero atacaron Eretría, la que fue destruída completamente; luego se dirigieron al Atica, desembarcando las tropas en la costa oriental, en el lugar llamado Maratón, Allí se libró la gran batalla del mismo nombre. Los atenienses, auxiliados por pequeños contingentes tebanos y plateas, a las órdenes de Milcíades obtuvieron una victoria en contra de un enemigo muy superior en número, alejando, al menos en lo inmediato, el peligro.
Luego de tan espléndida victoria, Milcíades intenta ocupar la isla de Paros, pero encontrando una resistencia inesperada debe ceder. Esta derrota humillante para los atenienses, hizo perder a Milcíades el favor de sus compatriotas e, incluso, fue juzgado y condenado por ejercer un gobierno despótico e ilegal; ese rnismo año 489 a.C. murió, con lo que Temístocles recuperó su influencia, volviéndose a su antiguo plan de basar el poderío ateniense en una flota poderosa; esta vez los barcos sí fueron construídos, elevándose Atenas al lugar de segunda potencia naval de la Hélade, después de Egina.
Al morir el Gran Rey persa Darío el año 485 a.C., fue sucedido por su hijo Jerjes, quien se encargó de preparar otra expedición contra los griegos, la que se inició el año 480 a.C.. Reunió un ejército grandioso para su época constituído por unos 70.000 hombres y cerca de 1.000 naves.
La ofensiva vino por el norte; los helenos decidieron demorar a los persas en el desfiladero de las Termópilas, mientras concluían las 75as. Olimpiadas. Allí se apostaron unos 5.000 hombres al mando del rey y general espartano Leonídas. Al encontrar Jerjes un contingente tan reducido dispuesto a hacerle frente, les intimó rendición y pidió que le entregaran las armas para salvar su vida; un lacónico "ven a tomarlas" fue la respuesta; cuatro días esperó Jerjes que los espartanos y sus aliados abandonasen el campo y “Ilegando el quinto, como ello no se retirasen de su puesto, parecióle a Jerjes que nacía aquella pertinencia de mera desfachatez y falta de juicio, y lleno de cólera envió contra ellos a los medos y cisios, con la orden formal de que prendiesen a aquellos locos y se los presentasen vivos. Acometen con ímpetu gallardo los medos a los griegos, caen muchos en la embestida, vanles otros sucediendo de refresco, y por mas que se ven violentamente repelidos, no vuelven pie atrás. (...) Hacían allí los lacedemonios (espartanos) prodigios de valor, mostrándose en todo guerreros peritos y veteranos en medio de unos enemigos mal disciplinados y bisoños, y muy particularmente cuando al volver las espaldas lo hacían bien formadas y con mucha ligereza. Al verlas huir los bárbaros en sus retiradas daban tras ellos con mucho alboroto y gritería; pero al irles ya a los alcances, volviánse los griegos de repente y haciéndoles frente bien ordenados, es increíble cuanto enemigo persa derribaban, si bien en aquellos encuentros no dejaban de caer algunos pocos espartanos (...) Dícese que el rey, que estuvo mirando todas aquellas embestidas del combate, saltó por tres veces distintas del trono con mucha precipitación receloso de perder allí su ejército” (Heródoto: “Los nueve libros de la Historia”).
Finalmente, un traidor enseñó a Jerjes un paso desconocido que le permitió llegar a las espaldas de los espartanos y combatirlos en dos frentes. Ante esa situación, Leonidas autorizó a los soldados de otras polis para retirarse y combatió hasta morir con sus espartanos y 1.000 beocios.
Forzado el paso de las Termópilas toda la Grecia Central se entregó a Jerjes, al tiempo que las ciudades del Peloponeso se hicieron fuertes en el istmo de Corinto para continuar la guerra. Los atenienses abandonaron la ciudad y se refugiaron en Salamina y el Peloponeso; Atenas fue entonces destruída por Jerjes. Todas las flotas de la Hélade se reunieron en el Estrecho de Salamina para enfrentar a la escuadra persa. Esta vez el resultado fue distinto: a pesar del mayor número de barcos que Jerjes poseía, la superior estrategia de Temístocles, dio a los griegos una victoria que ha sido situada por algunos historiadores entre las más importantes de la historia de la humanidad.
Luego de esta derrota, Jerjes regresó al Asia con parte de sus tropas, pero el mayor número quedó en Grecia a las órdenes del General Mardonio, yerno suyo.
Al año siguiente las tropas helenas tomaron la ofensiva, Mardonio retrocedió hasta Beocia que presenta una configuración topográfica más apta para las operaciones de la caballería que era el fuerte de su ejército. Las tropas espartanas, atenienses y de otros pequeños estados helénicos, al mando del rey y general lacedemonio Pausanias, libraron otra batalla importante en Platea (470 a.C.) obteniendo nuevamente la victoria; con ella Mardonio también se retiró de Grecia quedando ésta libre del peligro persa.
Algo más tarde, la flota griega obtuvo otro triunfo sobre los persas en Micala destruyendo los restos de la otrora poderosa escuadra de Jerjes. Luego de Micala, los jonios volvieron a rebelarse, trasladándose la guerra al Asia Menor.
El relajamiento de las virtudes militares de algunos de sus hombres, entre otros el propio rey Pausanias, el siempre latente peligro de una rebelión de los ilotas (esclavos) y el deseo de no alejarse demasiado de la ciudad por el peligro militar que ello implicaba, motivaron a Esparta a retirarse de la guerra después de haber servido brillantemente a la Hélade. Ante ello, Atenas asumió el liderazgo indisputable del mundo griego para proseguir la guerra que debía liberar definitivamente a las ciudades griegas del Asia Menor. Para ello constituyó la Liga de Delos a la que se integraron casi todas las polis griegas las que debieron sufragar los gastos que la guerra conlleva a proporción de la riqueza y extensión, además de construir y mantener naves cuyo número también se fijó de acuerdo al procedimiento señalado.
Gradualmente las polis griegas cambiaron esta obligación por un tributo anual, con lo que la flota ateniense se convirtió en el resguardo de toda la Liga, con lo que cada día fueron más dependientes de Atenas, hasta el punto en que el año 454 a.C. el tesoro de la Liga fue trasladado a esta ciudad, pretextando una mayor seguridad.
El año 448 a.C. se suscribió con Persia un tratado, conocido como la Paz de Kalías que puso término a la guerra, aunque Persia no había abandonado sus pretensiones de expansión y dominio en el Asia Menor.



CONSECUENCIAS DE LAS GUERRAS MEDICAS. EL TRIUNFO GRIEGO


Las guerras médicas paralizaron la expansión persa por el lado europeo, conteniendo al poderoso imperio de Darío y de Jerjes en su tentativa de dominación sobre las comarcas griegas del Egeo. La ofensiva persa fue detenida y, como consecuencia de las victorias navales, se produjo la liberación de las ciudades helénicas de la costa del Asia Menor.
El fracaso de la ofensiva persa contra Grecia, tuvo una importancia decisiva en los destinos del pueblo helénico, pues salvó su civilización amenazada por la absorción del extranjero, permitiéndole en cambio desenvolverse libremente y expresarse en la forma magnífica que había de hacerlo en el período de esplendor que se inició después de las guerras médicas.
Estas guerras ejercieron una influencia decisiva en la situación de Atenas.
El papel que desempeñó esta ciudad en la lucha contra los persas, le dio una importancia preponderante en la Hélade.
Cerrado el ciclo de guerras, Atenas se convirtió en una poderosa ciudad marítima. Hasta entonces su influencia había sido relativa, pero la victoria sobre los persas cambió su destino.
El desarrollo de su marina de guerra le permitió transformar la Liga de Delos en un verdadero imperio marítimo.
Súbitamente, pues, Atenas se convirtió en una de las ciudades más ricas y fuertes de la Hélade.
El notable progreso intelectual y artístico que acompañó a esa transformación económica y política, hizo de aquélla uno de los grandes centros culturales del mundo griego.
La derrota de los persas aseguró a los griegos el controlar el tráfico marítimo en el Mediterráneo. El fin de las guerras médicas coincidió, pues, con el advenimiento de un período de gran prosperidad comercial. Atenas se hallaba en magnífica situación para beneficiarse especialmente de esto. En primer término, por el predominio naval que tenía en el Egeo; luego, por la ventajosa posición geográfica de su puerto, el Pireo, que dominaba el cruce de las rutas marítimas entre el Asia Menor y la Magna Grecia. Los barcos mercantes atenienses, cuyo número se multiplicó después de las guerras médicas, acapararon entonces el comercio del mar Egeo, y el Pireo se convirtió en el gran emporio de la Hélade.
El desarrollo del comercio estimuló poderosamente el desenvolvimiento industrial. Los talleres de Atenas empezaron a producir en cantidad armas, joyas, lámparas de bronce, espejos de metal, cofres de madera y especialmente vasos cle todas formas.

El progreso de la industria y del comercio provocaron un sensible aumento de la población. Gran cantidad de extranjeros afluyeron del Atica, a hicieron de Atenas y del Pireo ciudades marcadamente cosmopolitas.


EL APOGEO DE LA DEMOCRACIA

EVOLUCION POLITICA Y SOCIAL DE ATENAS DURANTE EL SIGLO V A.C.


Las guerras médicas favorecieron el progreso de las clases populares de Atenas. Las grandes victorias navales de Salamina y Micala fueron la obra de la marinería ateniense, reclutada en la clase de menor renta, o sea, en la de los thetes. Esto contribuyó a darles, dentro de la ciudad, una importancia que creció a medida que aumentó la flota y se desarrollaron el comercio y la industria.
La creciente influencia política de los thetes favoreció al partido popular, cuyos jefes lucharon por democratizar cada vez más el gobierno de Atenas. Temístocles había sido uno de esos jefes, pero este debió enfrentarse contra el prestigioso Cimón, jefe del partido aristocrático.
El prestigio militar de Cimón derivaba de la brillante campaña naval realizada contra los persas. Sin embargo, su política de acercamiento a Esparta no era apoyada por el pueblo y provocó su caída. Efialtes, nuevo jefe del partido popular, logró un voto de ostracismo en su contra, y Cimón debió abandonar el Atica (461 a.C.). Efialtes dirigió entonces sus esfuerzos a reformar el Areópago, que era uno de los más fuertes baluartes de la aristocracia ateniense.
El Areópago, integrado por los ex arcontes, era un organismo que poseía una gran autoridad moral.
Su actuación durante la crisis por la que atravesó Atenas cuando se produjo la invasión de los persas, había acrecentado, aún más, su prestigio, pues fue quien de hecho dirigió la política ateniense en esos rnomentos angustiosos. La creciente influencia política del Areópago, en cuyo seno predominaba el partido aristocrático, lo hacía temible para las fuerzas populares. Efialtes, pues, quiso eliminar ese peligro y para ello logró que se aprobara una reforma por la que se quitaban al Arcópago todas sus funciones políticas recientemente adquiridas, dejándole sólo sus tradicionales funciones judiciales.
A raíz de esta reforma (460 a.C), Efialtes fue asesinado, pero quedó al frente del partido popular un joven político Ilamado Perícles, que durante 30 años (460.429 a. C.) iba a ser la personalidad de más relieve en la política ateniense.


LA OBRA DE PERICLES


La organización definitiva de la democracia ateniense fue realizada por Perícles. Este era de origen aristocrático, pues pertenecía, por línea paterna, a la familia de los Pisistrátidas, y por la línea materna, a la de los Alcmeónidas. Pero sus ideas democráticas lo llevaron a militar en el partido popular, donde actuó primero, como lugarteniente de Efialtes, y luego, a la muerte de éste, como jefe indiscutido de esa tendencia política. Desde el año 445 a.C. Perícles fue elegido repetidas veces estratega, cargo que le aseguró una gran autoridad oficial. Los estrategas, en número de diez, tenían, en efecto, gran influencia. No sólo comandaban el ejército y la flota, sino que intervenían, además, en la hacienda pública, en la política internacional y en la dirección del imperio ateniense.
El ascendiente de Perícles fue no sólo la consecuencia del ejercicio continuado del cargo, sino también de sus cualidades personales especialmente de su elocuencia. Era un gran orador, esta condición le permitió triunfar en muchos debates agitados, de las acusaciones que lanzaban contra él sus enemigos políticos, y le permitieron, además, imponer casi siempre a la Asamblea Popular las soluciones que defendía y aconsejaba.
Alcanzando el predominio que por tanto tiempo conservó, procuró ampliar la autoridad del pueblo. Una de sus principales reformas, en tal sentido, fue dar al tribunal popular de los heliastes, las funciones judiciales que todavía tenían los arcontes.
Además implantó la remuneración de los jueces, estableciendo el pago de dos óbolos por sesión a los ciudadanos que integraban los tribunales populares. Más tarde se extendió esa paga a los asistentes a la Asamblea Popular y gracias a esa retribución los atenienses pobres pudieron intervenir en los asuntos públicos de modo más activo que hasta entonces. Para muchos, la actividad política, por su carácter de remunerada, se convirtió en un medio de vida.
También se levantaron algunas restricciones políticas que pesaban sobre los thetes, especialmente la que le vedaba el acceso a los altos cargos del Estado.
La Constitución de Atenas se convirtió, así, para su época, en una verdadera democracia, en la que todos los ciudadanos tenían los mismos derechos. Ni el nacimiento, ni la riqueza, conferían ya ningún privilegio político.
Perícles no sólo favoreció el progreso político de los ciudadanos pobres, sino, que para evitar la repetición de los conflictos sociales engendrados por la pobreza extremada cuidó también de aliviarlos en su situación económica. Para ello ordenó realizar obras públicas en gran escala que permitieron dar trabajo a numerosas personas.
Las construcciones suntuarias dieron trabajo a mucha gente y contribuyeron al alivio de los menesteros. Pero más eficaz y beneficiosa resultó todavía para éstos, la política de colonización consistente en la fundación de Cleruquías, en las cuales los atenienses pobres recibían gratuitamente lotes de tierra otorgados por el Estado.
Las cleruquías desempeñaron papel fundamental en la organización del imperio ateniense. Por lo general, se establecieron en territorios confiscados a las ciudades tributarias que se rebelaron contra Atenas. El establecimiento de las cleruquías era, a la par que un castigo, una medida de previsión contra nuevas revueltas.
Los Clerucos, a diferencia de los colonos, que dejaban de ser ciudadanos de la Metrópoli permanecían siendo ciudadanos de Atenas. Llevaban siempre el título de atenienses y sus propiedades eran consideradas como si estuvieran enclavadas en la propia Atica. Cuando se encontraban en Atenas, podían ejercitar la plenitud de los derechos cívicos.
Distribuídas en los puntos estratégicos del mar Egeo, Eubea, Naxos, Calcídica, Tracia, las cleruquías facilitaron la vigilancia del imperio.



LA GUERRA DEL PELOPONESO (431 404 a.C)


Se conoce bajo este nombre el conflicto suscitado entre Atenas y Esparta por el predominio y control de la Grecia Continental durante la segunda mitad del siglo V a.C.
El poder de Atenas hirió a los otros estados griegos. Ello se tradujo en envidias y odios que Ilevarían a Grecia por el camino de nuevas guerras.
Pero ahora entre ellos mismos, Atenas y Esparta rivalizaron por conseguir el predominio sobre Grecia. Se enfrentaban en una guerra en la que participaban todas las polis griegas y las colonias, agrupadas en uno a otro bando. El conflicto estalló cuando Atenas quiso extender su domino hacia el Mediterráneo Occidental y chocó con los intereses de Corinto, que Ilamó a Esparta en su ayuda.
Las fuerzas de los estados en pugna eran mas o menos parejas. Esparta tenía de su lado a casi todo el Peloponeso, y a los estados de la Grecia Central, enemigos de Atenas, particularmente Tebas. Atenas contaba con las ciudades de su imperio marítimo, con el estado aliado de Tesalia y con algunas pequeñas ciudades de la Grecia Central.
La superioridad de Atenas en el mar era evidente, pues su flota era la más poderosa de Grecia. Esparta en cambio, tenía la ventaja militar de su ejército el más fuerte y disciplinado de toda la Hélade. Esta equivalencia de fuerza fue el poder determinante de la larga duración de la guerra. Pero es de hacer notar que ésta no duró ininterrumpidamente del 431 al 404 a.C.
Durante estos veintisiete años la guerra se desarrollo en tres períodos; 1°, un período de 10 años de hostilidades continuas que terminó con la paz Ilamada de Nicias (431 422 a.C.); 2°, un período de siete años de paz aparente (421 414 a.C.) durante el cual el hecho culminante fue una expedición a Sicilia realizada por los atenienses; 3°, un período final, en el cual, después de diez años de lucha, Atenas sucumbió ante Esparta y perdió la guerra a raíz de una decisiva derrota en el mar, que provocó su rendición incondicional (404 a.C.). Atenas hubo de aceptar condiciones de paz muy duras: entrega de toda su flota, destrucción de sus participaciones y disolución de la Liga de Delos.
La lucha por el predominio continuó en Grecia, el individualismo y la desunión hicieron que perdiera lo que más amaba, su libertad. Un pueblo que ella juzgaba extranjero vendría a darle bajo su dominio lo que por sí misma no había logrado: unidad.
Este pueblo era el Macedonio, dirigido por Filipo y ubicado al norte de Grecia.


LA RELIGION GRIEGA


La religión griega fue el resultado de un largo proceso durante el cual se reunieron en un sólo sistema religioso dioses y cultos de muy diverso origen y procedencia. Pueden distinguirse tres fuentes diversas de la religión griega: 1º, las creencias y divinidades de las primitivas tribus griegas antes de establecerse en la Hélade; 2º, las creencias y divinidades propias de los cretences con las que los griegos entraron en contacto cuando invadieron las tierras del Egeo; 3º, los dioses y cultos del Oriente que influyeron sobre los griegos, debido a su trato con los fenicios y los pueblos del Asia Menor. Estos elementos fueron fusionándose hasta formar la religión griega, que fue esencialmente politeista y antropomórfica.
Era politeista porque se rindió culto a numerosos dioses, y era antropomórfica porque las divinidades eran concebidas y representadas con forma humana. No solamente las humanizaban en su apariencia física, sino que también les atribuían las cualidades, las pasiones, las virtudes y aún los defectos de los hombres. Pero eran inmortales y eternamente jóvenes. Su residencia era el monte Olimpo, donde Zeus, el más poderoso de los dioses, reinaba sobre los demás.
La Mitologia: La imaginación de los griegos atribuyó a los dioses, como dijimos, las mismas costumbres de los hombres. Hubo entre ellos parentescos y matrimonios, rivalidades y uniones. Intervinieron a veces en las querellas de los hombres.
Los griegos contaban detalladamente la vida y aventuras de cada dios. El conjunto de estos relatos o mitos forma la mitología griega.
Culto de los Grandes Dioses: Zeus era el jefe omnipotente del mundo divino. Habitaba en las cimas del Olimpo.
Zeus, jefe de los hombres y de los dioses, repartía el gobierno del mundo con sus hermanos: Poseidón, que reinaba sobre los mares, y Hades que era el señor del mundo subterráneo.
Otros dioses eran: Hera, diosa protectora del matrimonio y de los nacimientos; Demeter, diosa de la tierra fecundada; Atenea, diosa de la razón y sabiduría; Apolo, dios de la música y de la poesía; Ares, dios de la guerra; Afrodita, diosa del amor y de la belleza; Dionisios, dios de la viña.
El Culto de los Heroes: Entre los dioses y los simples mortales, los griegos colocaban a seres fabulosos llamados Héroes. Algunos de éstos eran semidioses, nacidos de la unión de seres divinos con humanos. Los principales fueron: Herácles o Hércules, el héroe de Esparta y el más famoso de todos; Teseo, el héroe de Atenas, que triunfó sobre el Minotauro de Creta; Edipo, el héroe de Tebas.


LA CULTURA: UN LEGADO GRIEGO


La cultura griega del siglo de Oro ateniense, sintetizó todos los elementos del pasado hasta dar forma a una cultura clásica. Esta cultura exaltó fundamentalmente el valor y la dignidad del hombre, de tal manera que el desarrollo físico, de las artes, la ciencia, la literatura, la filosofía, la política y la economía sean todas formas que permitan al ser humano el pleno desenvolvimiento de sus potencialidades.
La Filosofia: La filosofía griega constituyó el gran intento por conocer al hombre y a la naturaleza utilizando la razón. Este racionalismo griego se convirtió desde entonces en la piedra angular de lo que se viene en llamar civilización occidental.
Las primeras manifestaciones de la filosofía griega se dieron en Asia Menor. Los pensadores anteriores a Sócrates (presocráticos), Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Demócrito, buscaban afanosos el principio generador del mundo.
Con Sócrates la filosofía se hizo antropocéntrica, buscaba al hombre.
Platón, discípulo de Sócrates y fundador de la Academia, desarrolló en sus Diálogos una alta concepción filosófica fundamentada en las ideas.
La filosofía griega llega a su culminación con la figura de Aristóteles, quien preconizaba que la verdad estaba en el mundo exterior y el hombre debía obtenerla a través de su razón.
Matemática y Física: Pitágoras consideró que los números son la clave para entender el universo.
En la época helenística, con la escuela de Alejandría, fundada por Euclídes, la geométrica llegó a su más alto desarrollo.
La Física tuvo su principal representante en Arquimides.
Geografía y Astronomía: La Geografía conoció un progreso decisivo en la primera época alejandrina (siglo IV a.C.). Heráclides habló de la rotación de la Tierra y de la traslación de los planetas Mercurio y Venus alrededor del Sol.
Eratóstenes midió con aproximación la longitud de un grado del meridiano terrestre.
Bajo la dominación romana, brilló el griego Claudio Ptolomeo.
Medicina: Hipócrates de Cos es considerado el padre de la Medicina. En plena dominación romana sobresalió Galeno.
Poesía dramática, épica y lírica: En el campo de la poesía, se encuentra la figura de Homero presunto autor de la gran epopeya que narra la guerra de Troya y el retorno de Ulises a su patria.
También en el campo de la épica, se mueve el gran Hesiodo, autor de la Teogonía, obra de carácter mitológico.
En la poesía lírica, destacan Anacreonte, Píndaro y la primera poetisa que registra la historia Safo de Lesbos.
El Teatro: La tradición vincula el origen del teatro con las fiestas que se celebraban en honor de Dionisios con motivo de la vendimia. Estas fiestas eran de carácter colectivo. En ella se interpretaban canciones y danzas en honor del dios del vino. Los actores solían aparecer vestidos con pieles de machos cabríos (trasgos); de ahí el nombre de tragedia. La tragedia constituía el más alto aporte de la cultura griega a la historia de la literatura. La Comedia tuvo también su origen en las fiestas dionisíacas. Aristófanes, el más importante de los poetas cómicos, ridiculizó y criticó los vicios y defectos de la sociedad y de las instituciones de su época.
Esquilo fue llamado el “padre de la tragedia”. Compuso numerosas obras, de las que sólo siete han llegado hasta nosotros, entre las que destacan “Prometeo encadenado”, “Las suplicantes”, “Los siete contra Tebas” y “Los Persas”.
Sófocles dio a la tragedia su perfección definitiva. Su trilogía de Edipo (Edipo rey, Edipo en Colonna y Antígona) se considera como la obra maestra del arte trágico en Grecia.
Eurípides. Con él la tragedia se humanizó plenamente. La acción de sus obras se centra en el hombre común y la vida cotidiana: Medea, Hipólito Coronado, Las Troyanas.
La Historia: Como relato de los grandes hechos que se vivían en el mundo antiguo tuvo entre sus representantes más destacados a: Heródoto, considerado como el “padre de la historia”, narró en “Los Nueve Libros” la historia de las luchas entre los griegos y los persas. Tucídides relató en “Las guerras del Peloponeso” la gran contienda entre Atenas y Esparta. Jenofonte cierra el ciclo de grandes historiadores griegos. En su famosa obra “Anábasis” narró la retirada de los 10.000 griegos que fueron a Persia en ayuda de Ciro el joven contra Darío II.
La Escultura: Animada por un espíritu nuevo, la escultura griega se humaniza entregándose a la representación del hombre en la plenitud de su perfección corporal. Con Fidias, la perfección de la escultura griega, Ilegó a su culminación. Su obra en relieve se centró en la decoración del Partenón.

















ACTIVIDADES

I ITEM CARACTERICE CADA UNO DE LOS PERIODOS DE LA EVOLUCION POLITICA ATENIENSE, EN SU ASPECTO INSTITUCIONAL, ECONOMICO Y SOCIAL.

1550 a.C.
Monarquía 900 a. C.
Aristocracia 594 a. C.
Plutocracia 561 a. C.
Tiranía 510 a. C.
Democracia
404 a. C.


















































II ITEM VERDADERO O FALSO (JUSTIFIQUE LAS FALSAS)

1 La geografía de Grecia se caracteriza por poseer extensas llanuras que favorecieron la comunicación entre las diferentes regiones.

2 El sector continental de Grecia está rodeado por el mar Adriático y el mar Tirreno.

3 La civilización minoica tuvo su centro en la isla de Creta.

4 Nunca los griegos se unieron en un estado nacional que hubiese abarcado toda la Hélade.

5 A partir del siglo VIII a.C. los griegos se lanzaron a colonizar las costas del Mediterraneo desde el Mar Negro hasta el estrecho de Gilbraltar.

6 Las colonias griegas fueron ciudades completamente independientes de la ciudad fundadora o metrópoli

7 En atenas la monarquía reemplazó a los arcontes en la dirección del gobierno

8 La nobleza era la clase dirigente cuyos miembros llevaban el nombre de eupátridas

9 En Grecia la esclavitud estaba prohibida

10 Hacia el 1200 a. C. los Aqueos penetraron al sur del Peloponeso, donde crearon la ciudad de Esparta

11 Se denominaron “iguales” a la clase dirigente en Esparta

12 El poderío militar de esparta se basaba fundamentalmente en su flota

13 La religión griega fue escencialmente politeista y antropomorfica

14 Las principales manifestaciones del culto religioso se efectuaron en los templos

15 En la primera guerra médica, Milciades logra derrotar a los persas en la batalla de Maratón

16 Atenas nunca fue invadida por los persas, en el desarrollo de las guerras médicas

17 Como consecuencia de las guerras médicas, Esparta se constituyó en la gran potencia de la Hélade

18 Con pericles las magistraturas se abrieron a todos los atenienses libres, con lo que la igualdad de derechos fue una realidad

19 Las guerras del Peloponeso fue un conflicto entre Atenas y Esparta por el predominio y control de la Grecia Continental

20 Uno de los mayores aportes de la cultura griega a la historia de la literatura fue la tragedia, destacándose Esquilo, Sófocles y Eurípides








III ITEM DE LAS SIGUIENTES INSTITUCIONES SEÑALE SU LUGAR DE ORIGEN Y FUNCIONES EN LOS RECUADROS CORRESPONDIENTES

POLIS FUNCIONES
ARCONTES
AEROPAGO
ECCLESIA
BULE
ESTRATEGAS
HELIAIA
GERUSIA
APELLA
EFOROS


IV ITEM RESUMEN DE CONCEPTOS

1. Tres causas de la coloniazación griega:

a.
b.
c.

2. ¿A qué se le denomina civilización micénica?



3. Tres consecuencias de las guerras médicas

a.
b.
c.

4. Sintetice las reformas realizadas por los legisladores Solón y Clístenes

Solón
Clístenes

5. Señale la estructura de la sociedad espartana

a.
b.
c.

6. Explique el funcionamiento de la democracia en tiempos de Pericles



7. Indique el aporte a la cultura de los siguientes personajes

Socrates
Aristoteles
Hipócrates
Sófocles
Pindaro
Heródoto
Tucidides
Pitágoras

8. Señale la principal causa de la Guerra del Peloponeso



9. ¿Cuál es el aporte de Grecia a la cultura occidental?



V ITEM ANALISIS DE DOCUMENTO

“Nuestra constitución política no sigue las leyes de las otras ciudades, sino que da leyes y ejemplos a los demás. Nuestro gobierno se llama democracia porque la administración sirve los intereses de la masa y no de una minoría. De acuerdo con nuestras leyes todos somos iguales en lo que se refiere a nuestras diferencias particulares. Pero en lo relativo a la participación en la vida pública, cada cual obtiene la consideración de acuerdo con sus méritos y es más importante el valor personal que la clase a la que pertenece; es decir, nadie siente el obstáculo de su pobreza o inferior condición social, cuando su valía le capacita para prestar servicios a la ciudad”.
(Perícles)






1. ¿Por qué la constitución ateniense, según Pericles, es un ejemplo para las otras polis?


2. ¿Qué significado otorga a la frase “es más importante el valor personal que la clase a la que se pertenece?



3. ¿Qué es la pretación de “servicios a la ciudad”?



VI ITEM TERMINOS PAREADOS


1 Redactó un Código extremadamente severo, en el que la mayor parte de los delitos eran castigados con la muerte. Temístocles
2 Arconte, que realizó importantes reformas políticas como la de crear el Consejo de los 400. Dracón
3 Perteneciente a la clase de los Eupátridas, se puso al frente del partido popular,,se apoderó de la Acrópolis y se hizo reconocer como tirano. Solón
4 Según la tradición espartana, fue el organizador de la sociedad y del gobierno. Leonidas
5 Rey de Persia, hijo de Darío, se propuso realizar la conquista de Grecia y preparó, a tal efecto, una formidable expedición. Pericles
6 Rey de Esparta. Fue el héroe en la batalla de las Termópilas. Jerjes
7 Su estrategia en la batalla de Salamina, llevó a los griegos a una victoria decisiva contra los Persas. Licurgo
8 De origen noble, pero de tendencias populares, fue encargado de revisar las leyes de Solón. Estableció el Ostracismo. Pisistrato
9 Jefe del partido popular, dirigió sus esfuerzos a reformar el Areópago, quitándole todas sus funciones políticas. A raíz de estas reformas fue asesínado. Efialtes
10 En el siglo V a.C., se destacó como uno de los estadistas notables de Atenas. Reelegido como estratega por muchos años, su obra fue extraordinaria. Clistenes







GRECIA
EL MARCO GEOGRAFICO


La indudable trascendencia que tiene el medio geográfico tanto en la génesis como en el desarrollo de la vida del pueblo heleno, hace imprescindible realizar un breve análisis de las condiciones geográficas de la antigua Grecia.
La naturaleza del territorio en que habitaron fue uno de los factores determinantes de la organización política de los griegos en ciudades independientes. Grecia no es un país de grandes llanuras. Las montañas se cruzan en todas direcciones, y los valles, que se extienden entre sus flancos, sin estar totalmente separacios entre sí, forman regiones propicias para la vida particularista y local. Lo mismo se puede afirmar de la costa del Asia Menor, donde también se establecieron los griegos, así como de las islas del Egeo.
La superficie aproximada que tuvo en la Antigüedad alcanzaba a unos 64.000 Km2 repartidos en una parte continental, otra peninsular, y una tercera insular.
El sector continental, que es parte de la Península de Los Balcanes, se extiende desde Tesalia hasta el Golfo de Corinto. Este sector se extiende de noroeste a sureste. Por el este, el mar Egeo sembrado de islas lo separa del Asia; por el oeste el mar Jónico, lo separa de Sicilia y de las costas meridionales de Italia. Es una región erizada de montañas que son prolongaciones del sistema alpino.
El sector de Grecia peninsular o Peloponeso actualmente llamado Morea, es una península apenas ligada a la Grecia Continental por el angosto istmo de Corinto. La estrechez de ese istmo hace del Peloponeso casi una isla de costas extremadamente recortadas. En el sur del Peloponeso dos altas cadenas sirven de marco a la llanura de Laconia, en que se hallaba la ciudad de Esparta.
Grecia insular, la integraron una multitud de islas que rodean la parte sur de la península de Los Balcanes: sólo en el Mar Egeo hay más de tres mil de ellas, de todo tamaño, forma y calidad, constituyendo una especie de puente natural entre Grecia y Asia Menor.
Entre las islas de mayor tamaño, podemos mencionar Euloca, en la costa norte del Atica, Lemnos, Lesbos, Auíos, Samos y Rodas, en las costas occidentales de Asia Menor. El resto de las islas del sector forman archipiélagos.
Al sureste del Peloponeso, en medio del Mediterráneo, se ubica la gran isla de Creta, cuna de la cultura minoica.


ANTECEDENTES


El pueblo que primitivamente ocupó los territorios de la Península de Los Balcanes, fue el de los Pelasgos. De cultura rudimentaria y de un escaso poder defensivo fueron sometidos, sucesivamente, a la influencia cultural, económica y aún territorial de otros pueblos, como los cretenses, los aqueos y los dorios.


LOS CRETENSES Y LA CIVILIZACION MINOICA


Aproximadamente hacia el año 3.000 a.C. florece esta civilización que tenía su centro en la isla de Creta y cuya influencia cultural y sobre todo, económica llegó a expandirse por toda la región del mar Egeo, incluyendo a la Península de Los Balcanes. Los cretenses poseían una poderosa flota que les aseguraba el domino del mar y la mantención de su economía comercial. Sus principales ciudades fueron: Knossos, Faistos y Haga Triada.
Políticamente se organizaban como una monarquía, cuyo rey llamado Minos era considerado la encarnación del dios principal y que por esa razón su autoridad estaba revestida de un carácter divino y era absoluta.
Su máximo esplendor lo alcanzó, al parecer, alrededor del siglo XVII a.C. y luego entró en una lenta, pero sostenida decadencia hasta que su predomino fue totalmente superado por el poder expansivo de los pueblos aqueos recién llegados a los balcanes.


LOS AQUEOS Y LA CIVILIZACION MICENICA


A partir del año 2.000 a.C., grupos de pueblos aqueos iniciaron una invasión a la Península de Los Balcanes, ocupando el territorio habitado por los pelasgos y sometiendo a éstos a su dominio. Los primeros contactos de los aqueos con la civilización minoica fueron de dependencia de éstos hacia aquéllos, pero , premunido de un acervo cultural propio, el pueblo aqueo tomó los elementos necesarios de los cretenses, los adaptó a sus formas y dio a luz una nueva civilización: la llamada civilización Micénica.
Luego de la decadencia Minoica, el centro del predominio se desplaza de la isla de Creta a la Península de Los Balcanes o más específicamente a las ciudades de Micenas, Tirinto y Orcómenos, que son los centros desde donde los aqueos irradian su civilización y expanden su comercio alcanzando aún al Asia Menor, donde establecen la ciudad de Troya.


LA LLEGADA DE LOS DORIOS


Entre los años de 1.200 a 1.100 a.C., aparece en la Península un pueblo dotado de un valor y destreza militar muy superiores: los Dorios, que conocedores del hierro lograron imponerse a aquellos pueblos que les presentaban resistencia. Recorren la Península y se establecieron de preferencia en el Peloponeso, en la región de Lacedemonia. Al principio los dorios sometieron y esclavizaron a todo el vencido,pero pronto, se impuso la cultura Micénica y estos grupos se unieron cultural y aún racialmente.


LA POLIS GRIEGA


Antes de llegar a las costas del Egeo, las bandas invasoras eran tribus de pastores nómades. Pero una vez establecidas en esas regiones, su vida cambió de modo fundamental. La adquisición de tierras los transformó en sedentarios y agricultores, si bien durante mucho tiempo los rebaños constituyeron para ellos la principal riqueza. Las primeras agrupaciones fueron pequeñas aldeas habitadas por un escaso número de familias que poseían las tierras circundantes. Poco a poco, las aldeas vecinas se juntaron y se transformaron en ciudades, cada una de las cuales constituyó un Estado perfectamente independiente, con su gobierno, sus leyes, sus recursos, sus ejércitos propios.
La Ciudad Estado o Polis, junto con su territorio, tenía escasa extensión. Esta variaba entre 100 y 1.000 Km2. La población no solía exceder los 5.000 habitantes. Atenas en su apogeo tuvo una población de 300.000 habitantes.
La Polis fue el factor dominante en la vida colectiva griega. Fue el núcleo en que se condensó la vida helénica en su totalidad. La grandeza y el esplendor de Grecia coincidieron con el poder y el florecimiento de sus ciudades. Jamás los griegos se unieron en un estado nacional que hubiese abarcado a toda la Hélade.
Cada ciudad, con su reducido territorio y su escasa población, constituyó una pequeña nación, y las rivalidades existentes entre ellos fueron un permanente factor de guerra y de perturbaciones.
Por encima de estas rivalidades y a pesar de no constituir un Estado, la semejanza de costumbres y de creencias se tradujo en un tipo de vida común a todos los griegos. Por eso, ellos se dieron a sí mismos el nombre de helenos y llamaron bárbaros a los pueblos que no eran de su raza y hablaban idiomas extraños.
En el curso de los siglos la Polis experimentó profundos cambios internos. Algunas ciudades tuvieron un desarrollo especial, pero en su mayoría pasaron por cinco formas de gobierno: la monarquía, el gobierno de un rey que había recibido un poder por herencia; la aristocracia, el gobierno de los “mejores”, esto es, de nobles cuyo poder descansaba sobre sus tierras y que legitimaban su posición mediante el nacimiento y la sangre; la plutocracia, el gobierno de los más ricos; la tiranía, el gobierno de algún personaje ambicioso que llegaba al poder por la vía ilegal y cuya autoridad no descansaba sobre la herencia, la posición social o la riqueza, sino sobre su fuerza personal; la democracia, el gobierno del pueblo basado en el principio de la igualdad de todos los ciudadanos.




EXPANSION COMERCIAL Y COLONIZACION (siglos VIII VI a.C.)


Los territorios ocupados por los griegos comprendían la Hélade, las islas del Egeo y la costa del Asia Menor. Durante los siglos inmediatamente posteriores a la invasión de los Dorios (X y IX a.C.), los Griegos permanecieron en esa región, dedicados casi exclusivamente a sus ocupaciones agrícolas y ganaderas. Pero gradualmente cambiaron sus costumbres: se hicieron navegantes y empezaron a competir en el tráfico marítimo con los fenicios.
A partir del siglo VIII a.C. se lanzaron, como los fenicios, a colonizar las costas del Mediterráneo, desde el mar Negro hasta el estrecho de Gilbraltar, extendiendo así la civilización griega.
Una de las causas más importantes del movimiento colonial fue la densidad excesiva de la población que habitaba en un nuclo sumamente pobre.
Por otra parte, las tierras estaban acaparadas por las familias nobles que, lejos de facilitar su división, se empeñaban en concentrar la mayor cantidad posible de ellas, oprimiendo a los pequeños propietarios. De ahí la necesidad que tenían los trabajadores rurales de buscar nuevas comarcas en las que pudieran establecerse.
Otra causa que influyó en la colonización fue la situación política. Dentro de las ciudades, cuyo gobierno en este período estaba monopolizado por la nobleza, había luchas constantes, unas entre fracciones nobiliarias, otras, entre los nobles y las demás clases sociales. Estas luchas, sangrientas y crueles, impulsaron a los vencidos a alejarse de su país para fundar, en otra parte, una nueva patria.
Otra causa fue el progreso de la navegación. En esta materia los griegos fueron buenos discípulos de los fenicios, cuyo estilo de barco imitaron, para superarlo después con la invención del trirreme, barco con tres puentes de remeros.
Se debe mencionar que el desarrollo de las industrias de tejido, de alfarería y de objetos de bronce obligó a buscar nuevos mercados.
El intercambio comercial se vio favorecido por el creciente use de la moneda acuñada que había sido inventada hacia el 600 a.C. en Lidia, En Asia Menor.
De esta manera hacia el 750 a.C. se inició un movimiento general de expansión que se prolongó durante dos siglos. En ese tiempo los griegos fundaron un gran número de colonias a lo largo de toda la costa del Mediterráneo y del mar Negro, desde las columnas de Hércules hasta la Península de Crimea. El sur de Italia se pobló hasta tal punto de colonias griegas que recibió el nombre de Magna Grecia. Bizancio sobre el Bósforo, Mesina y Siracusa en Sicilia, Marsella en Francia, Sagunto y Malaga en España, Nápoles en Italia, Naucratis en Egipto se convirtieron en ricos e importantes centros comerciales, políticos y culturales.
Cada nueva fundación se constituyó como Ciudad Estado independiente. Sin embargo, se mantuvieron estrechos vínculos comerciales, sociales y religiosos entre las colonias y las metrópolis. A través de las colonias la civilización griega se difundió por todo el Mediterráneo.


EL NACIMIENTO DE ATENAS


La colonización del Atica por los aqueos, no se realizó de una sola vez, sino que se desarrolló en oleadas sucesivas. Cuatro tribus vinieron a asentarse en la región, eligiendo a Eulesis, Acrópolis, Braurona y Maratón como lugares de resistencia; las tribus del Atica, aunque de una misma conformación étnica, eran independientes entre sí y durante largos años prevaleció en ellas la forma de organización tribal.
Cada tribu era una organización política familiar a cuya cabeza se encontraba un rey que era asesorado en todas las materias de importancia por un Consejo de Ancianos, integrado por los jefes de los clanes de la tribu. A ella se pertenecía por nacimiento y todos sus miembros tenían entre sí, vínculos de parentesco ya que descendían de un antepasado común, el que atribuían características divinas y denominaban “héroe epónimo”.
Una de estas tribus, la que habitaba en torno a la Acrópolis en 1.556 a.C., fundó la ciudad de Atenas, que durante largos años, las demás tribus ni siquiera consideraban como digna de ser habitada. Correspondió a un legendario rey, Teseo, el mismo de la leyenda del Minotauro, darle una unidad y cobijar en ella a todas las tribus, respetando eso sí las características de cada una.
Por eso, al organizarse la ciudad, unificadas las tribus, el régimen de gobierno, no difería mucho del tribal ya conocido. A la cabeza se encontraba el rey, pero su autoridad estaba limitada en el ejercicio del poder por un Consejo de Nobles, el Areópago, que estaba integrado por los jefes de tribus y los jefes de clanes. Más abajo se instalaba una asamblea de aristócratas (eupátridas), la Ecclesia, que en los primeros tiempos carece de atribuciones políticas de importancia.
Se puede decir entonces que en los primeros tiempos Atenas tuvo una Monarquía limitada por la aristocracia terrateniente.


EL REGIMEN ARISTOCRATICO EN ATENAS


Gradualmente se fue produciendo una diferencia social y económica entre los miembros de las distintas tribus hasta formarse una aristocracia poderosa que fue sustituyendo lentamente a los reyes en sus funciones. “El rey no era apenas más que el “primus inter pares”, el primero entre sus iguales”. Estos pares formaban el consejo del rey y, algunas veces estos nobles llevaban el título de reyes. El cambio no fue grande, pues, cuando la nobleza sustituyó a la monarquía en la dirección del Estado. No hubo ninguna revolución, ni conmoción profunda; la realeza desapareció progresivamente, casi sin que se notara. Poco a poco fue perdiendo atribuciones políticas y el rey acabó siendo sólo el “sumo sacerdote” (Carl Grimberg). Hasta el año 900 a.C. la monarquía ya había desaparecido.
Tres magistrados, arcontes elegidos por la aristocracia de entre sus propios miembros, asumieron las funciones que antes estaban concentradas en el rey. El arconte Basileus, al frente de los asuntos religiosos como sumo sacerdote; el arconte Polemarca que asumió la dirección de los asuntos militares, y el arconte Epónimo que se desempeñó como Juez Supremo.
El año 683 a.C. se introdujo otra reforma de importancia al agregarse seis arcontes, Ilamados tesmotetes, cuya función era la de cooperar con los otros arcontes y velar por el cumplimiento de la constitución.
En un comienzo los arcontes tuvieron el carácter de vitalicios, pero pronto su período fue reducido a diez años y el año 680 a.C. a uno sólo.
Como en el desempeño de sus funciones los arcontes lograban reunir una valiosa experiencia que no debía desperdiciarse, al hacer dejación de sus cargos, pasaban a integrar el Consejo del Areópago en forma vitalicia.
Este consejo aumentó en mucho su importancia durante la existencia del régimen aristocrático de Atenas, estando encargado de velar por el cumplimiento de la constitución (función que comparte con los tesmotetes), supervisar la conducta pública de los arcontes y fiscalizar la elección de los arcontes en la asamblea (ecclesia).
La ecclesia era la asamblea aristocrática en la que sólo podían participar los eupátridas y a la que correspondia la función de elegir a los arcontes y la de aprobar las leyes.


LA OPRESION DE LOS NOBLES Y LAS LUCHAS SOCIALES
(siglo VII a.C.)


Con la sustitución de la reyecía por nueve arcontes, los eupatridas se adueñaron completamente del poder.
El gobierno de los nobles fue muy duro, especialmente para los campesinos. El rendimiento de sus cosechas no era remunerativo, pues empezaba a sentirse la competencia del trigo extranjero, que hacía bajar los precios de ventas. Para salir de la situación angustiosa en que los sumía una mala cosecha, los pequeños propietarios rurales pedían prestado a los ricos eupatridas, que exigían un altísimo interés por su dinero. Y, en caso de incumplimiento en el pago de la deuda hacían responder al deudor, no sólo con sus bienes, sino también con su persona y con la de sus familias.
De este modo, los nobles fueron acaparando cada vez más tierras, en tanto que los pequeños propietarios disminuían y aumentaban los esclavos por deudas.
Esta situación se tradujo en serias demandas de los grupos bajos de la sociedad (georgis y demiurgos) en pro de una reforma de la ley y del régimen público.
En estas luchas sociales se van a colocar del lado de los campesinos, los industriales y los comerciantes, nuevos elementos de la sociedad ateniense, a los que el progreso económico empezaba a enriquecer y que deseaban agregar a su riqueza la influencia política que los nobles les impedían adquirir.


DRACON Y LA CODIFICACION DEL DERECHO EN ATENAS:


Aprovechando las serias convulsiones sociales por las que atravesaba Atenas, un noble llamado Citón (o Cilón) realizó un intento por adueñarse del gobierno de la polis y establecer una tiranía (630 a.C.). Sin embargo, no tuvo éxito en su intento y se refugió en la Acrópolis, en el templo de Atenea, también llamada Minerva; alla fue convencido por los arcontes de entregarse bajo la promesa de que le sería respetada la vida; no obstante ello, uno de los arcontes llamado Megacles, de la familia de los Alcmeónidas, ordenó darle muerte y así se hizo.
Este acto causó conmoción y repudio entre los atenienses y Megacles y los Alcmeónidas debieron marcharse de la ciudad.
Aún cuando Citón no logró su propósito, alertó a los eupátridas respecto de lo riesgoso de la situación que se vivía y resolvieron dar satisfacción a algunas demandas del “demos”, principalmente, codificar las leyes que era una de las demandas más importantes que se formulaban, por la existencia de un derecho consuetudinario, sólo conocido por los eupátridas y utilizado discriminatoriamente por ellos.
Para estos efectos se invistió a uno de los arcontes tesmotetes, llamado Dracón, con facultades extraordinarias y el título de Legislador Extraordinario, el año 621 a.C.
Dracón se limitó, en general, a poner por escrito las leyes que existían sin reformar nada de lo sustancial y manteniendo en toda su severidad las penas que el derecho consuetudinario ateniense prescribía para los diferentes delitos. Tan rigurosas eras estas leyes que se dice, metafóricamente, que el Código de Dracón estaba escrito con sangre.
A pesar de todo, la obra de Dracón fue importante porque por vez primera hubo en Atenas leyes escritas y, por lo tanto, que podían ser conocidas e invocadas por todos. Al ser conocida la ley, además, declinaron las venganzas personales o familiares, tan comunes hasta entonces, y los atenienses comenzaron a someterse a la jurisdicción de los tribunales.






LAS REFORMAS DE SOLON


La codificación realizada por Dracón, a pesar de su importaia, no logró detener por mucho tiempo los peligros que se cernían sobre Atenas, pues los motivos que los generaban eran mucho más profundos que la simple inexistencia de un derecho escrito.
Muy pronto la situación volvió a agravarse y la amenaza de rebelión fue inminente. Los eupátridas decidieron, entonces, realizar una reforma de la ley, para lo cual invistieron a Solón de plenos poderes para revisar las leyes y modificar lo que creyera necesario.
Solón era un eupátrida que, no obstante, se condolía de la situación del demos y creía imprescin¬dible aliviar su situación. La aristocracia reconocía en él sus virtudes cívicas, su talento y su moderación; los grupos bajos de la sociedad lo querían por sus incli¬naciones democráticas manifestadas públicamente en reiteradas ocasiones. Parecía ser la persona indica¬da para solucionar tan grave crisis.


LA “SACUDIDA DE CARGAS”


Su medida más inmediata fue la solución del problema de las deudas y de la esclavitud por deudas. Para ello dispuso la “sacudida de las cargas” que consistió en la liberación de los esclavos por deudas, la condonación total o parcial de ellas (lo que permitió el retorno a la ciudad de muchos atenienses que se habían exiliado para evitar la esclavitud) y la prohibición de vender como esclavos a los deudores y a sus familias.
Muy relacionada con el problema de las deudas y, además para incentivar el comercio ateniense, Solón cambió la moneda. Hasta entonces en Atenas se había usado el Patrón de Egina, el que fue reemplazado por el Patrón Euboico que pesaba una tercera parte menos que el anterior, como la moneda conservó su mismo valor nominal, las deudas se vieron reducidas automáticamente en una tercera parte y, además, esto le permitió extender su red comercial a la Magna Grecia y a la región Egea en donde también se utilizaba el Patrón Euboico.


LAS REFORMAS SOCIALES, POLÍTICAS Y MILITARES


Pero junto con solucionar los problernas más urgentes y dar un impulso a la economía ateniense, Solón introdujo algunas reformas políticas de suma importancia,que arrebataron al grupo de los eupátridas la exclusividad del gobierno del estado, permitiendo también la participación del demos. El conjunto de reformas políticas suyas se conoce como la Constitución de Solón.
Aprovechó una antigua división de la población, según la cual existían cuatro grupos de riqueza y concedió los derechos cívicos y los deberes ante el Estado de acuerdo a ella. Las cuatro clases de riqueza eran:
PENTACOSIOMEDIMNOS: Formado por todos aquellos atenienses cuya riqueza ascendiera al equivalente de más de quinientos sacos de cereales en el año. Prácticamente todos los eupátridas quedaron comprendidos en este grupo, pero además de ellos también lo integraron los comerciantes que habían logrado enriquecer. Este grupo tenía plenos derechos políticos y el privilegio de poder ocupar, con exclusividad, las magistraturas más importantes del Estado que eran el Arcontado, el Areópago y la Tesorería.
HIPPEIS O CABALLEROS: Grupo formado por quienes reunieron una renta anual equivalente a más de 300 y hasta 500 sacos de cereales (medimnos). Ellos pudieron acceder a la Ecclesía por primera vez y, además, integrar la Bulé o Consejo de los Cuatrocientos y la Heliaia, instituciones que él mismo creó. Los hippeis tendrían la obligación de armarse a su costa y mantener un caballo para acudir montados a la guerra.
ZEUGITAS: Lo integraron todos los ciudadanos cuya fortuna fuese superior a 200 medimnos y hasta 300. También pudieron participar en la Ecclesia, en la Bulé y en la Heliaia, pero no acceder a las magistraturas superiores. AI igual que los otros grupos, tenían obligación de concurrir a la guerra, pero como ellos no tenían fortuna necesaria para acudir montados, formaban la infantería (hoplitas).
THETES: Grupo inferior de la sociedad por su pobreza; también adquirieron la ciudadanía, es decir, derechos políticos, pero en un nivel muy bajo puesto que sólo fueron admitidos en la Ecclesia y en la Heliaia, quedando excluídos de las demás magistraturas. En el ejército fueron sometidos en calidad de remeros.


NUEVAS INSTITUCIONES


La Bulé o Consejo de los Cuatrocientos fue una de las instituciones creadas por Solón; se integraba por 100 miembros de cada una de las tribus que debían pertenecer a los tres primeros grupos de riqueza. Dicho consejo asesoraba y fiscalizaba a los arcontes por la Ecclesia.
La Heliaia era un conjunto de tribunales judiciales, integrados por hombres mayores de treinta años y pertenccientes a todos los grupos de la sociedad en los que, por su número, predominaban los Zeugitas y los Thetes.
Con estas reformas políticas y sociales, Solón suprimió el vínculo inalienable del nacimiento en que los eupatridas habían fundado su superioridad, convirtiendo a la riqueza en el elemento estratificador de la sociedad y el que determinaba la condición política del ciudadano. Si los eupátridas continuaron desempeñando un rol esencial en el Estado, fue en virtud de su riqueza y no de su estirpe; con ello el ordenamiento social adquirió una gran movilidad.
El propio Solón pudo, con justicia, pronunciar las siguientes palabras respecto de su obra: “He dado al pueblo el poder que convenía sin atentar contra su dignidad ni extenderlo demasiado. En cuanto a aquellos que detentaban el poder y brillaban por su riqueza, me he cuidado de que tampoco sufriesen nada que fuese contrario a la equidad. Sobre los unos y los otros he puesto el abrigo de un escudo poderoso y no he permitido a ninguno de los partidos que triunfase enfrente de la justicia. He escrito mis leyes para el pobre y para el rico, fijando a cada uno de ellos una regla, justa y recta”.



LA TIRANIA: PISISTRATO Y SUS HIJOS


No obstante la importancia de las reformas de Solón, las agitaciones políticas volvieron a enseñorearse en la ciudad, pues los eupátridas resintieron la perdida de los privilegios que habían disfrutado desde tiempos ancestrales, y los thetes no fueron satisfechos plenamente por las reformas que consideraron insuficientes.
Aprovechando esta situación, un aristócrata que contaba con el apoyo de los thetes, llamado Pisístrato, se hizo dueño del poder, instaurando una tiranía que, con dos intervalos en que fue desterrado, mantuvo entre los años 561 y 527 a.C..
En lo formal, mantuvo la Constitución de Solón, empero, en la ecclesia hacía designar a sus partidarios y parientes para ocupar la magistratura, lo que le permitió disfrutar de un poder sin limitaciones, el que ejerció en todo momento en beneficio directo de los grupos más bajos de la sociedad.
Durante su gobierno Atenas vive un período de gran expansión económica debido, en gran parte, a sus disposiciones. Concediendo créditos a los campesinos, entregándoles las tierras de los eupátridas exiliados, implementando un sistema expedito de justicia en los campos y otras disposiciones del mismo sentido, logró aumentar considerablemente la producción agrícola y, con ello, el comercio exterior. Los vinos y aceites de Atenas junto a su cerámica se convirtieron en los principales productos de exportación, los que unidos a la producción minera, especialmente argentífera en las minas del Laurión, significaron una gran riqueza y abundancia para Atenas.
Y esa riqueza se utilizó para embellecer la ciudad, realizar grandes obras públicas como sus acueductos y fomentar el culto de las grandes divinidades. En este último sentido es destacable el magnificente templo que hizo erigir a la diosa Atenea en la Acrópolis Ilamado Hecatompedom, y la difusión de las fiestas panateneas y dionisíacas.
Favoreció también las letras y las artes como una forma de aumentar el nivel cultural del demos. Entre otras iniciativas en ese sentido, designó una comisión para recopilar los poemas homéricos y realizó concursos poéticos y musicales.
Croiset, uno de los grandes historiadores que se ha ocupado de estudiar el mundo helénico, se ha referido al tirano Pisístrato en los siguientes términos: “es para el pueblo el que se ha creado aquella belleza y es el pueblo el que obtiene provecho de ella, no sólo por el placer que allí goza durante horas, sino y sobre todo por la cultura profunda y delicada que recibe. Puede decirse que Pisístrato, favoreciendo así la educación popular, ha sido más demócrata que muchos otros que no han sabido más de halagar a la multitud”.
Al morir Pisístrato fue sucedido por sus hijos Hippias e Hiparco, los que heredaron el gran apoyo del demos del que había disfrutado su padre. En general, se mantuvieron fieles a su política, pero, a diferencia de éste, no fueron modelo de virtud y humildad.
El año 514 a.C. Hiparco resultó muerto en una conspiración, lo que significó un endurecimiento del gobierno de Hippias hasta los límites de la crueldad y, rápidamente, fue perdiendo el apoyo que lo sustentaba, hasta que el año 510 a.C. fue derrocado por la aristocracia ateniense junto a algunas tropas espartanas, mandadas por su rey Cleómeneses, que los apoyaron en esta empresa.


CLISTENES Y LA DEMOCRACIA EN ATENAS:


Producida la caída del tirano Hippias, se produjo un breve período de luchas internas por la obtención del poder. Los aristócratas, encabezados por Iságoras, pretendieron asumir el control del Estado y reinstaurar las formas aristocráticas de organización. Por otra parte, los grupos bajos de la sociedad, acaudillados por Clístenes aspiraban a constituir un gobierno democrático, continuando con la política de Solón, pero yendo mucho más allá en las reformas.
Finalmente, predominó la segunda posición y Clístenes, apoyado por la Bulé y la Ecclesia, asumió el gobierno del Estado, impulsando desde él una serie de modificaciones de las instituciones políticas y sociales atenienses con las cuales se constituyó la democracia en Atenas.
La aristocracia continuaba siendo muy poderosa, no sólo por su riqueza, sino que, además, ejercía una gran influencia en las tribus y en los clanes, la que tenía por base tradiciones religiosas muy arraigadas en los espíritus de los atenienses, contra las cuales había luchado Pisístrato sin lograr gran cosa.


REFORMA DE LAS TRIBUS


Clístenes quiso disminuir el influjo de la aristocracia en dichas instituciones y como no le era posible arrebatar a los eupátridas sus riquezas ni creyó prudente empeñarse en una lucha ciega contra inmemoriales tradiciones religiosas, optó por reemplazar las cuatro tribus ancestrales basadas en el nacimiento por otras diez que se formaron de acuerdo a un criterio geográfico, buscando en la dispersión de las tribus una salvaguarda para las instituciones.
Todo el territorio del Estado fue dividido en 100 demos, que eran unidades administrativas con sus propios magistrados y asamblea. Estos demos quedaron repartidos en las diez tribus.
El Atica fue dividido en tres distritos: “Asty” o ciudad; costa o “paralia” y campo o “mesogea”. Cada uno de estos distritos se dividió, a la vez, en diez “tritias” o secciones formadas por un número variable de demos. Por sorteo asignó a cada tribu una tritia en la ciudad, una en la costa y otra en la llanura. De este modo, las tribus quedaron compuestas por gentes domiciliadas lejos unas de otras. Las antiguas tribus y genos subsistieron sólo para la celebración de las ceremonias religiosas tradicionales.


REFORMA DE LAS INSTITUCIONES


La reforma de las tribus hizo inadecuada la composición de la Bulé, la que debió ser modificada, convirtiéndose en el Consejo de los Quinientos, integrándose por cincuenta miembros de cada tribu, este Consejo era responsable de la hacienda pública, de los asuntos exteriores y de preparar los asuntos que debía discutir la ecclesia. Esta se reunía diez veces al año.
También se amplió la posibilidad de acceder al arcontado a un mayor número de atenienses al abrir esas magistraturas a los “hippeis” o caballeros. Y para que todas las tribus estuviesen representadas en esa institución, se agregó un décimo arconte al que llamaron secretario.


REFORMA MILITAR


La organización del ejército también fue reformada; ahora cada tribu tendría su propio ejército y jefe militar llamado “estratega” y sobre todos ellos habría un “estratega supremo”.
Por último, también buscando una protección de las instituciones democráticas de Atenas, Clístenes instituyó el “ostracismo” o exilio preventivo por un lapso de diez años, sin pérdida del hogar, bienes o derechos cívicos. Anualmente reunía la asamblea para este fin, y cada ciudadano ateniense tenía derecho de inscribir en una tablilla llamada “astraka” el nombre de quien le pareciera peligroso para las instituciones. Si algún ateniense reunía 6.000 nominaciones, debía abandonar Atenas.



LA SOCIEDAD DE ATENAS


La sociedad ateniense estaba dividida en tres clases distintas: Ciudadano, Metecos y Esclavos.
LOS CIUDADANOS: Eran la minoría de la población. A mediados del siglo V a.C., la relación numérica entre los tres grupos sociales; ciudadanos, metecos y esclavos era en efecto más o menos la siguiente: 150.000 atenienses, 50.000 metecos y 120.000 esclavos. Sólo el hombre intervenía en la vida cívica, la mujer vivía recluida en su hogar.
La ciudadanía era un privilegio que se adquiría por nacimiento. Sólo era considerado ciudadano aquél cuyos ascendientes ya lo hubiesen sido. La persona nacida en el Atica, pero de padres no atenienses, seguía siendo siempre forastero o meteco. También se transmitía de padres a hijos la calidad de esclavos. Todos los ciudadanos eran libres y eran iguales ante la ley, ya que la constitución de Atenas se caracterizaba, a partir de las reformas de Solón y Clístenes, por la isonomía, la igualdad de las leyes.
Sólo los ciudadanos podían intervenir en la vida política, actuar en las asambleas populares o en los tribunales o ser elegidos magistrados. En cambio los extranjeros o metecos y por supuesto los esclavos estaban totalmente excluidos de la vida política, de manera pues, que si bien en Atenas todos los ciudadanos tenían iguales derechos políticos, no todos los habitantes eran ciudadanos.
LOS EXTRANJEROS O METECOS: Se llamaba meteco a los extranjeros domiciliados en Atenas. Sobre ellos recaían muchas de las obligaciones de los ciudadanos. Debían servir en el ejército o en la flota, pagar los impuestos.
Los metecos eran objeto de gran consideración, pues constituían una clase numerosa, rica y culta. Realizaron grandes beneficios en la industria y el comercio.
Pero ni su riqueza, ni su cultura, ni la larga residencia en el Atica les permitía obtener los derechos políticos, pues la ciudadanía era rigurosamente hereditaria y sólo en casos excepcionales la asamblea ateniense llegó a otorgar a los metecos el privilegio de la ciudadanía.
LOS ESCLAVOS: En Atenas, los esclavos eran muy numerosos. Probablemente constituían más de la tercera parte de la población total. Sobre ellos recaían los trabajos más penosos, como la explotación de las minas. También trabajaban en los talleres, al lado de sus amos, y por lo general, desempeñaban todos los pequeños menesteres de la vida doméstica.
A los que nacían ya esclavos, se agregaba el contingente de prisioneros de guerra que eran reducidos a esclavitud y vendidos en el mercado.
En ciertas ocasiones, los esclavos eran emancipados y se convertían en hombres libres, pero quedaban siempre al margen de la ciudadanía.
La existencia del trabajo servil, cuyo costo se reducía al de la compra y alimentación del esclavo, permitió a la clase de hombres libres emancipar su vida de muchas preocupaciones materiales. Pero ello no debe entenderse en el sentido de que todo el trabajo recayera sobre los esclavos. Entre los hombres libres era, en efecto, muy numerosos los que tenían que ganarse duramente la vida.


ESPARTA

ORIGEN DE ESPARTA


Hacia el 1.200 a.C. los Dorios penetraron en el fértil valle del Eurotas en Laconia, en el sur del Peloponeso. Fundaron varios pueblos de cuya unión nació la ciudad de Esparta.
Después de violentas luchas los dorios pudieron triunfar sobre la población aquea y la redujeron a la servidumbre. En el siglo VIII los Espartanos extendieron su dominio sobre la vecina Mesenia y sojuzgaron a su población. A raíz de estas conquistas territoriales Esparta pudo, resolver el problema de la tierra, de modo que no tuvo necesidad de fundar colonias.
Los espartanos se establecieron como minoría dominante que constituía solamente el 7% de la población. El temor permanente de una sublevación de los vencidos ejerció profunda influencia sobre el sistema de gobierno y las formas de vida de los Espartanos. Esparta se convirtió en un gran campamento guerrero en que todo debía servir a la capacitación militar.


LA ORGANIZACION DEL ESTADO


La tradición atribuyó la constitución del Estado espartano al legislador Licurgo. De hecho, la constitución fue el resultado de un largo proceso histórico. AL frente del estado estaban dos reyes pertenecientes a dos familias distintas. Los reyes eran los Jefes Religiosos y Militares del Estado. La reyecía dual significaba una garantía contra el exceso del poder monárquico, pues cada rey contrabalanciaba el poder del otro.
Los reyes eran asistidos en sus funciones por un Senado o Gerusía, consejo de ancianos de más de 60 años de edad, constituído por 28 personas que duraban en sus cargos mientras viviesen. Es en manos de este consejo que, verdaderamente,residió el gobierno de Esparta, pues, poco a poco, absorbió en su beneficio las funciones ejercidas por los reyes, que sólo mantuvieron el carácter de Jefes Militares. La Gerusía resolvía, pues, todos los asuntos de importancia, pero una vez al mes convocaba a los ciudadanos, quienes reunidos en Asamblea o Apella, como se le llamaba en Esparta, aprobaban o rechazaban las decisiones adoptadas por ella. También esta Asamblea decidía sobre la guerra, la paz y las alianzas y elegía a los cinco éforos. Los éforos duraban un año en su cargo. Ellos convocaban la Asamblea Popular, administraban el tesoro público, tenían el control sobre toda la administración, vigilaban las costumbres y recibían a los embajadores de otros Estados. En el curso del tiempo los éforos pudieron ampliar cada vez más su autoridad y finalmente hasta recibieron poder para destituir y condenar a muerte a los reyes.





LA SOCIEDAD Y LAS COSTUMBRES

LAS CLASES SOCIALES: ESPARTANOS, PERIECOS E ILOTAS


La invasión de los dorios separó la sociedad espartana en tres clases: los espartanos (llamados también “iguales”), los periecos y los ilotas.
Los Espartanos: esta clase estaba formada por los descendientes de los conquistadores dorios que constituían la aristocracia, minoría privilegiada que tenía todos los derechos.
Los espartanos, cuyo número era muy escaso con relación al resto de la población, constituían un grupo privilegiado, que monopolizaban totalmente las funciones de gobierno. Para que esta minoría pudiese conservar su situación de privilegio frentea los periecos e ilotas, era necesario dotarle de una gran fuerza militar y a esta finalidad se ajustó toda la vida de Esparta.
Los espartanos fueron exonerados de toda actividad económica. El trabajo de los ilotas les aseguró la subsistencia, y toda forma de comercio o industria les quedó rigurosamente prohibida. Los espartanos vivían de las rentas que les producían las tierras que fueron repartidas entre ellos mediante sorteo.
Los Periecos: constituían una clase social inferior a la espartana, pero a la que se reconocía el ejercicio de ciertos derechos. En efecto, los periecos eran hombres libres y conservaban la propiedad de sus tierras con la condición de pagar un tributo anual a los espartanos, pero no tenían participación en el gobierno. Los periecos constituyeron la clase activa, trabajadora e industriosa de Esparta.
Los Ilotas: eran esclavos de la tierra. Licurgo entregó a los espartanos lotes de tierra con cierto número de ilotas que no podían ser separados de esa tierra. Los ilotas debían entregar a los propietarios, de quienes dependían, una prestación fija, equivalente, más o menos, a la mitad del rendimiento del terreno. Esto les permitía alcanzar, a veces, cierto bienestar material, pero recibirían de los espartanos un trato terrible. Como constituían el sector más numeroso de la población (200.000 habitantes), sus señores temían siempre una horrible revuelta y, por ello, se valieron de la severidad y del temor para mantenerlos sometidos.


LA EDUCACION Y LAS FORMAS DE VIDA


Desde su nacimiento el espartano pertenecía al Estado. Debía vivir enteramente en función de la colectividad. Los niños débiles o enfermos debían perecer. A los siete años los niños debían abandonar el hogar para ser educados en las instituciones públicas. Eran sometidos a una disciplina estricta, instruidos en las artes militares y debían aprender a hablar en forma precisa y breve. A los veinte años el joven ingresaba al ejército, a los treinta llegaba a ser ciudadano.
El espartano debía ejercitarse permanentemente para la guerra. Todos los años los éforos, al asumir su cargo, declaraban de nuevo la guerra a los mesenios e ilotas, y los jóvenes espartanos debían recorrer el país y matar implacablemente a toda persona sospechosa. Sólo el servicio militar, la caza y la acción deportiva eran actividades dignas del espartano. Toda su vida quedaba estrictamente reglamentada según las exigencias de la rigurosa disciplina militar.


LAS GUERRAS MEDICAS


Durante varios siglos los helenos se habían expandido, sin encontrar resistencias serias, por toda la región del Mediterráneo Oriental, colonizando territorios o estableciendo zonas de predominio comercial, según los casos. Pero a mediados del siglo VI a.C. el expansionismo griego se encontró con otra potencia en expansión, el Imperio Persa.
El año 547 a.C. Ciro conquistó el reino de Lidia, que poco antes había sometido a los griegos del Asia Menor, lo que significó que éstos fueron ahora dominados por los persas (conocidos como medos por los Estados griegos helenos) y puestos bajo la autoridad directa del sátrapa de Sardes. Luego, el 525 a.C. el nuevo Gran Rey persa, Cambises, conquistó Egipto en el cual se había establecido una importantísima colonia comercial jonia bautizada como Naucratis. La conquista de Egipto significó, pues, un rudo golpe para el comercio jonio, como también lo fue la conquista por Darío de Bizancio (515 a.C.) y Síbaris (510 a.C.) que constituían las claves griegas para su comercio en los mares Negro y Tirreno.
La situación se tornó bastante problemática para los griegos con estas conquistas persas pues su comercio sufrió una notoria contracción y con ella también su industria. Junto a ello, numerosos pueblos helenos padecían el despotismo persa, lo que no podía ser indiferente a los demás griegos.
Tal era la situación cuando el año 499 a.C. el tirano de Mileto llamado Aristágoras, con la ayuda de Atenas y de Eritrea, se alzó contra la dominación persa. Obtuvieron algunos éxitos parciales, como la recuperación de Bizancio, de Chipre y la destrucción de la ciudad persa de Sardes, capital de la satrapía que ejercía el dominio sobre Jonia. Pero Darío logró superar la situación, reconquistar lo perdido, y derrotar a los miletenses y destruir su ciudad. El año 494 a.C. la rebelión jonia estaba por completo sofocada. Pero para Darío el asunto no había concluído, ya que quería castigar ejemplarmente a los atenienses que habían osado desafiar su poder.
Entre los múltiples problemas del gobierno de su imperio, Darío comenzó a preparar una ofensiva construyendo naves en las ciudades mediterráneas del Imperio.
En esos momentos, un aristócrata ateniense, Temístocles, ocupaba uno de los cargos arcontales de su polis. Comprendió éste con toda claridad que el destino de Atenas estaba en juego y que sin una flota poderosa jamás lograrían derrotar al persa. Propuso su plan en la ecclesia y fue aprobado unánimamente, prestamente se fortaleció el Pireo, el puerto principal de la ciudad, y se inició la construcción de los barcos necesarios.
Sin embargo, otro aristócrata de gran influencia en la ecclesia, Milcíades, regresó a su ciudad después de una ausencia prolongada y propuso un plan alternativo que consistía en combatir en tierra aprovechando la superioridad ateniense en la lucha cuerpo a cuerpo: la Asamblea se inclinó esta vez por Milcíades y se detuvo la construcción de naves.
El año 490 a.C. vino la ofensiva persa contra la península Balcánica. Primero atacaron Eretría, la que fue destruída completamente; luego se dirigieron al Atica, desembarcando las tropas en la costa oriental, en el lugar llamado Maratón, Allí se libró la gran batalla del mismo nombre. Los atenienses, auxiliados por pequeños contingentes tebanos y plateas, a las órdenes de Milcíades obtuvieron una victoria en contra de un enemigo muy superior en número, alejando, al menos en lo inmediato, el peligro.
Luego de tan espléndida victoria, Milcíades intenta ocupar la isla de Paros, pero encontrando una resistencia inesperada debe ceder. Esta derrota humillante para los atenienses, hizo perder a Milcíades el favor de sus compatriotas e, incluso, fue juzgado y condenado por ejercer un gobierno despótico e ilegal; ese rnismo año 489 a.C. murió, con lo que Temístocles recuperó su influencia, volviéndose a su antiguo plan de basar el poderío ateniense en una flota poderosa; esta vez los barcos sí fueron construídos, elevándose Atenas al lugar de segunda potencia naval de la Hélade, después de Egina.
Al morir el Gran Rey persa Darío el año 485 a.C., fue sucedido por su hijo Jerjes, quien se encargó de preparar otra expedición contra los griegos, la que se inició el año 480 a.C.. Reunió un ejército grandioso para su época constituído por unos 70.000 hombres y cerca de 1.000 naves.
La ofensiva vino por el norte; los helenos decidieron demorar a los persas en el desfiladero de las Termópilas, mientras concluían las 75as. Olimpiadas. Allí se apostaron unos 5.000 hombres al mando del rey y general espartano Leonídas. Al encontrar Jerjes un contingente tan reducido dispuesto a hacerle frente, les intimó rendición y pidió que le entregaran las armas para salvar su vida; un lacónico "ven a tomarlas" fue la respuesta; cuatro días esperó Jerjes que los espartanos y sus aliados abandonasen el campo y “Ilegando el quinto, como ello no se retirasen de su puesto, parecióle a Jerjes que nacía aquella pertinencia de mera desfachatez y falta de juicio, y lleno de cólera envió contra ellos a los medos y cisios, con la orden formal de que prendiesen a aquellos locos y se los presentasen vivos. Acometen con ímpetu gallardo los medos a los griegos, caen muchos en la embestida, vanles otros sucediendo de refresco, y por mas que se ven violentamente repelidos, no vuelven pie atrás. (...) Hacían allí los lacedemonios (espartanos) prodigios de valor, mostrándose en todo guerreros peritos y veteranos en medio de unos enemigos mal disciplinados y bisoños, y muy particularmente cuando al volver las espaldas lo hacían bien formadas y con mucha ligereza. Al verlas huir los bárbaros en sus retiradas daban tras ellos con mucho alboroto y gritería; pero al irles ya a los alcances, volviánse los griegos de repente y haciéndoles frente bien ordenados, es increíble cuanto enemigo persa derribaban, si bien en aquellos encuentros no dejaban de caer algunos pocos espartanos (...) Dícese que el rey, que estuvo mirando todas aquellas embestidas del combate, saltó por tres veces distintas del trono con mucha precipitación receloso de perder allí su ejército” (Heródoto: “Los nueve libros de la Historia”).
Finalmente, un traidor enseñó a Jerjes un paso desconocido que le permitió llegar a las espaldas de los espartanos y combatirlos en dos frentes. Ante esa situación, Leonidas autorizó a los soldados de otras polis para retirarse y combatió hasta morir con sus espartanos y 1.000 beocios.
Forzado el paso de las Termópilas toda la Grecia Central se entregó a Jerjes, al tiempo que las ciudades del Peloponeso se hicieron fuertes en el istmo de Corinto para continuar la guerra. Los atenienses abandonaron la ciudad y se refugiaron en Salamina y el Peloponeso; Atenas fue entonces destruída por Jerjes. Todas las flotas de la Hélade se reunieron en el Estrecho de Salamina para enfrentar a la escuadra persa. Esta vez el resultado fue distinto: a pesar del mayor número de barcos que Jerjes poseía, la superior estrategia de Temístocles, dio a los griegos una victoria que ha sido situada por algunos historiadores entre las más importantes de la historia de la humanidad.
Luego de esta derrota, Jerjes regresó al Asia con parte de sus tropas, pero el mayor número quedó en Grecia a las órdenes del General Mardonio, yerno suyo.
Al año siguiente las tropas helenas tomaron la ofensiva, Mardonio retrocedió hasta Beocia que presenta una configuración topográfica más apta para las operaciones de la caballería que era el fuerte de su ejército. Las tropas espartanas, atenienses y de otros pequeños estados helénicos, al mando del rey y general lacedemonio Pausanias, libraron otra batalla importante en Platea (470 a.C.) obteniendo nuevamente la victoria; con ella Mardonio también se retiró de Grecia quedando ésta libre del peligro persa.
Algo más tarde, la flota griega obtuvo otro triunfo sobre los persas en Micala destruyendo los restos de la otrora poderosa escuadra de Jerjes. Luego de Micala, los jonios volvieron a rebelarse, trasladándose la guerra al Asia Menor.
El relajamiento de las virtudes militares de algunos de sus hombres, entre otros el propio rey Pausanias, el siempre latente peligro de una rebelión de los ilotas (esclavos) y el deseo de no alejarse demasiado de la ciudad por el peligro militar que ello implicaba, motivaron a Esparta a retirarse de la guerra después de haber servido brillantemente a la Hélade. Ante ello, Atenas asumió el liderazgo indisputable del mundo griego para proseguir la guerra que debía liberar definitivamente a las ciudades griegas del Asia Menor. Para ello constituyó la Liga de Delos a la que se integraron casi todas las polis griegas las que debieron sufragar los gastos que la guerra conlleva a proporción de la riqueza y extensión, además de construir y mantener naves cuyo número también se fijó de acuerdo al procedimiento señalado.
Gradualmente las polis griegas cambiaron esta obligación por un tributo anual, con lo que la flota ateniense se convirtió en el resguardo de toda la Liga, con lo que cada día fueron más dependientes de Atenas, hasta el punto en que el año 454 a.C. el tesoro de la Liga fue trasladado a esta ciudad, pretextando una mayor seguridad.
El año 448 a.C. se suscribió con Persia un tratado, conocido como la Paz de Kalías que puso término a la guerra, aunque Persia no había abandonado sus pretensiones de expansión y dominio en el Asia Menor.



CONSECUENCIAS DE LAS GUERRAS MEDICAS. EL TRIUNFO GRIEGO


Las guerras médicas paralizaron la expansión persa por el lado europeo, conteniendo al poderoso imperio de Darío y de Jerjes en su tentativa de dominación sobre las comarcas griegas del Egeo. La ofensiva persa fue detenida y, como consecuencia de las victorias navales, se produjo la liberación de las ciudades helénicas de la costa del Asia Menor.
El fracaso de la ofensiva persa contra Grecia, tuvo una importancia decisiva en los destinos del pueblo helénico, pues salvó su civilización amenazada por la absorción del extranjero, permitiéndole en cambio desenvolverse libremente y expresarse en la forma magnífica que había de hacerlo en el período de esplendor que se inició después de las guerras médicas.
Estas guerras ejercieron una influencia decisiva en la situación de Atenas.
El papel que desempeñó esta ciudad en la lucha contra los persas, le dio una importancia preponderante en la Hélade.
Cerrado el ciclo de guerras, Atenas se convirtió en una poderosa ciudad marítima. Hasta entonces su influencia había sido relativa, pero la victoria sobre los persas cambió su destino.
El desarrollo de su marina de guerra le permitió transformar la Liga de Delos en un verdadero imperio marítimo.
Súbitamente, pues, Atenas se convirtió en una de las ciudades más ricas y fuertes de la Hélade.
El notable progreso intelectual y artístico que acompañó a esa transformación económica y política, hizo de aquélla uno de los grandes centros culturales del mundo griego.
La derrota de los persas aseguró a los griegos el controlar el tráfico marítimo en el Mediterráneo. El fin de las guerras médicas coincidió, pues, con el advenimiento de un período de gran prosperidad comercial. Atenas se hallaba en magnífica situación para beneficiarse especialmente de esto. En primer término, por el predominio naval que tenía en el Egeo; luego, por la ventajosa posición geográfica de su puerto, el Pireo, que dominaba el cruce de las rutas marítimas entre el Asia Menor y la Magna Grecia. Los barcos mercantes atenienses, cuyo número se multiplicó después de las guerras médicas, acapararon entonces el comercio del mar Egeo, y el Pireo se convirtió en el gran emporio de la Hélade.
El desarrollo del comercio estimuló poderosamente el desenvolvimiento industrial. Los talleres de Atenas empezaron a producir en cantidad armas, joyas, lámparas de bronce, espejos de metal, cofres de madera y especialmente vasos cle todas formas.

El progreso de la industria y del comercio provocaron un sensible aumento de la población. Gran cantidad de extranjeros afluyeron del Atica, a hicieron de Atenas y del Pireo ciudades marcadamente cosmopolitas.


EL APOGEO DE LA DEMOCRACIA

EVOLUCION POLITICA Y SOCIAL DE ATENAS DURANTE EL SIGLO V A.C.


Las guerras médicas favorecieron el progreso de las clases populares de Atenas. Las grandes victorias navales de Salamina y Micala fueron la obra de la marinería ateniense, reclutada en la clase de menor renta, o sea, en la de los thetes. Esto contribuyó a darles, dentro de la ciudad, una importancia que creció a medida que aumentó la flota y se desarrollaron el comercio y la industria.
La creciente influencia política de los thetes favoreció al partido popular, cuyos jefes lucharon por democratizar cada vez más el gobierno de Atenas. Temístocles había sido uno de esos jefes, pero este debió enfrentarse contra el prestigioso Cimón, jefe del partido aristocrático.
El prestigio militar de Cimón derivaba de la brillante campaña naval realizada contra los persas. Sin embargo, su política de acercamiento a Esparta no era apoyada por el pueblo y provocó su caída. Efialtes, nuevo jefe del partido popular, logró un voto de ostracismo en su contra, y Cimón debió abandonar el Atica (461 a.C.). Efialtes dirigió entonces sus esfuerzos a reformar el Areópago, que era uno de los más fuertes baluartes de la aristocracia ateniense.
El Areópago, integrado por los ex arcontes, era un organismo que poseía una gran autoridad moral.
Su actuación durante la crisis por la que atravesó Atenas cuando se produjo la invasión de los persas, había acrecentado, aún más, su prestigio, pues fue quien de hecho dirigió la política ateniense en esos rnomentos angustiosos. La creciente influencia política del Areópago, en cuyo seno predominaba el partido aristocrático, lo hacía temible para las fuerzas populares. Efialtes, pues, quiso eliminar ese peligro y para ello logró que se aprobara una reforma por la que se quitaban al Arcópago todas sus funciones políticas recientemente adquiridas, dejándole sólo sus tradicionales funciones judiciales.
A raíz de esta reforma (460 a.C), Efialtes fue asesinado, pero quedó al frente del partido popular un joven político Ilamado Perícles, que durante 30 años (460.429 a. C.) iba a ser la personalidad de más relieve en la política ateniense.


LA OBRA DE PERICLES


La organización definitiva de la democracia ateniense fue realizada por Perícles. Este era de origen aristocrático, pues pertenecía, por línea paterna, a la familia de los Pisistrátidas, y por la línea materna, a la de los Alcmeónidas. Pero sus ideas democráticas lo llevaron a militar en el partido popular, donde actuó primero, como lugarteniente de Efialtes, y luego, a la muerte de éste, como jefe indiscutido de esa tendencia política. Desde el año 445 a.C. Perícles fue elegido repetidas veces estratega, cargo que le aseguró una gran autoridad oficial. Los estrategas, en número de diez, tenían, en efecto, gran influencia. No sólo comandaban el ejército y la flota, sino que intervenían, además, en la hacienda pública, en la política internacional y en la dirección del imperio ateniense.
El ascendiente de Perícles fue no sólo la consecuencia del ejercicio continuado del cargo, sino también de sus cualidades personales especialmente de su elocuencia. Era un gran orador, esta condición le permitió triunfar en muchos debates agitados, de las acusaciones que lanzaban contra él sus enemigos políticos, y le permitieron, además, imponer casi siempre a la Asamblea Popular las soluciones que defendía y aconsejaba.
Alcanzando el predominio que por tanto tiempo conservó, procuró ampliar la autoridad del pueblo. Una de sus principales reformas, en tal sentido, fue dar al tribunal popular de los heliastes, las funciones judiciales que todavía tenían los arcontes.
Además implantó la remuneración de los jueces, estableciendo el pago de dos óbolos por sesión a los ciudadanos que integraban los tribunales populares. Más tarde se extendió esa paga a los asistentes a la Asamblea Popular y gracias a esa retribución los atenienses pobres pudieron intervenir en los asuntos públicos de modo más activo que hasta entonces. Para muchos, la actividad política, por su carácter de remunerada, se convirtió en un medio de vida.
También se levantaron algunas restricciones políticas que pesaban sobre los thetes, especialmente la que le vedaba el acceso a los altos cargos del Estado.
La Constitución de Atenas se convirtió, así, para su época, en una verdadera democracia, en la que todos los ciudadanos tenían los mismos derechos. Ni el nacimiento, ni la riqueza, conferían ya ningún privilegio político.
Perícles no sólo favoreció el progreso político de los ciudadanos pobres, sino, que para evitar la repetición de los conflictos sociales engendrados por la pobreza extremada cuidó también de aliviarlos en su situación económica. Para ello ordenó realizar obras públicas en gran escala que permitieron dar trabajo a numerosas personas.
Las construcciones suntuarias dieron trabajo a mucha gente y contribuyeron al alivio de los menesteros. Pero más eficaz y beneficiosa resultó todavía para éstos, la política de colonización consistente en la fundación de Cleruquías, en las cuales los atenienses pobres recibían gratuitamente lotes de tierra otorgados por el Estado.
Las cleruquías desempeñaron papel fundamental en la organización del imperio ateniense. Por lo general, se establecieron en territorios confiscados a las ciudades tributarias que se rebelaron contra Atenas. El establecimiento de las cleruquías era, a la par que un castigo, una medida de previsión contra nuevas revueltas.
Los Clerucos, a diferencia de los colonos, que dejaban de ser ciudadanos de la Metrópoli permanecían siendo ciudadanos de Atenas. Llevaban siempre el título de atenienses y sus propiedades eran consideradas como si estuvieran enclavadas en la propia Atica. Cuando se encontraban en Atenas, podían ejercitar la plenitud de los derechos cívicos.
Distribuídas en los puntos estratégicos del mar Egeo, Eubea, Naxos, Calcídica, Tracia, las cleruquías facilitaron la vigilancia del imperio.



LA GUERRA DEL PELOPONESO (431 404 a.C)


Se conoce bajo este nombre el conflicto suscitado entre Atenas y Esparta por el predominio y control de la Grecia Continental durante la segunda mitad del siglo V a.C.
El poder de Atenas hirió a los otros estados griegos. Ello se tradujo en envidias y odios que Ilevarían a Grecia por el camino de nuevas guerras.
Pero ahora entre ellos mismos, Atenas y Esparta rivalizaron por conseguir el predominio sobre Grecia. Se enfrentaban en una guerra en la que participaban todas las polis griegas y las colonias, agrupadas en uno a otro bando. El conflicto estalló cuando Atenas quiso extender su domino hacia el Mediterráneo Occidental y chocó con los intereses de Corinto, que Ilamó a Esparta en su ayuda.
Las fuerzas de los estados en pugna eran mas o menos parejas. Esparta tenía de su lado a casi todo el Peloponeso, y a los estados de la Grecia Central, enemigos de Atenas, particularmente Tebas. Atenas contaba con las ciudades de su imperio marítimo, con el estado aliado de Tesalia y con algunas pequeñas ciudades de la Grecia Central.
La superioridad de Atenas en el mar era evidente, pues su flota era la más poderosa de Grecia. Esparta en cambio, tenía la ventaja militar de su ejército el más fuerte y disciplinado de toda la Hélade. Esta equivalencia de fuerza fue el poder determinante de la larga duración de la guerra. Pero es de hacer notar que ésta no duró ininterrumpidamente del 431 al 404 a.C.
Durante estos veintisiete años la guerra se desarrollo en tres períodos; 1°, un período de 10 años de hostilidades continuas que terminó con la paz Ilamada de Nicias (431 422 a.C.); 2°, un período de siete años de paz aparente (421 414 a.C.) durante el cual el hecho culminante fue una expedición a Sicilia realizada por los atenienses; 3°, un período final, en el cual, después de diez años de lucha, Atenas sucumbió ante Esparta y perdió la guerra a raíz de una decisiva derrota en el mar, que provocó su rendición incondicional (404 a.C.). Atenas hubo de aceptar condiciones de paz muy duras: entrega de toda su flota, destrucción de sus participaciones y disolución de la Liga de Delos.
La lucha por el predominio continuó en Grecia, el individualismo y la desunión hicieron que perdiera lo que más amaba, su libertad. Un pueblo que ella juzgaba extranjero vendría a darle bajo su dominio lo que por sí misma no había logrado: unidad.
Este pueblo era el Macedonio, dirigido por Filipo y ubicado al norte de Grecia.


LA RELIGION GRIEGA


La religión griega fue el resultado de un largo proceso durante el cual se reunieron en un sólo sistema religioso dioses y cultos de muy diverso origen y procedencia. Pueden distinguirse tres fuentes diversas de la religión griega: 1º, las creencias y divinidades de las primitivas tribus griegas antes de establecerse en la Hélade; 2º, las creencias y divinidades propias de los cretences con las que los griegos entraron en contacto cuando invadieron las tierras del Egeo; 3º, los dioses y cultos del Oriente que influyeron sobre los griegos, debido a su trato con los fenicios y los pueblos del Asia Menor. Estos elementos fueron fusionándose hasta formar la religión griega, que fue esencialmente politeista y antropomórfica.
Era politeista porque se rindió culto a numerosos dioses, y era antropomórfica porque las divinidades eran concebidas y representadas con forma humana. No solamente las humanizaban en su apariencia física, sino que también les atribuían las cualidades, las pasiones, las virtudes y aún los defectos de los hombres. Pero eran inmortales y eternamente jóvenes. Su residencia era el monte Olimpo, donde Zeus, el más poderoso de los dioses, reinaba sobre los demás.
La Mitologia: La imaginación de los griegos atribuyó a los dioses, como dijimos, las mismas costumbres de los hombres. Hubo entre ellos parentescos y matrimonios, rivalidades y uniones. Intervinieron a veces en las querellas de los hombres.
Los griegos contaban detalladamente la vida y aventuras de cada dios. El conjunto de estos relatos o mitos forma la mitología griega.
Culto de los Grandes Dioses: Zeus era el jefe omnipotente del mundo divino. Habitaba en las cimas del Olimpo.
Zeus, jefe de los hombres y de los dioses, repartía el gobierno del mundo con sus hermanos: Poseidón, que reinaba sobre los mares, y Hades que era el señor del mundo subterráneo.
Otros dioses eran: Hera, diosa protectora del matrimonio y de los nacimientos; Demeter, diosa de la tierra fecundada; Atenea, diosa de la razón y sabiduría; Apolo, dios de la música y de la poesía; Ares, dios de la guerra; Afrodita, diosa del amor y de la belleza; Dionisios, dios de la viña.
El Culto de los Heroes: Entre los dioses y los simples mortales, los griegos colocaban a seres fabulosos llamados Héroes. Algunos de éstos eran semidioses, nacidos de la unión de seres divinos con humanos. Los principales fueron: Herácles o Hércules, el héroe de Esparta y el más famoso de todos; Teseo, el héroe de Atenas, que triunfó sobre el Minotauro de Creta; Edipo, el héroe de Tebas.


LA CULTURA: UN LEGADO GRIEGO


La cultura griega del siglo de Oro ateniense, sintetizó todos los elementos del pasado hasta dar forma a una cultura clásica. Esta cultura exaltó fundamentalmente el valor y la dignidad del hombre, de tal manera que el desarrollo físico, de las artes, la ciencia, la literatura, la filosofía, la política y la economía sean todas formas que permitan al ser humano el pleno desenvolvimiento de sus potencialidades.
La Filosofia: La filosofía griega constituyó el gran intento por conocer al hombre y a la naturaleza utilizando la razón. Este racionalismo griego se convirtió desde entonces en la piedra angular de lo que se viene en llamar civilización occidental.
Las primeras manifestaciones de la filosofía griega se dieron en Asia Menor. Los pensadores anteriores a Sócrates (presocráticos), Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Demócrito, buscaban afanosos el principio generador del mundo.
Con Sócrates la filosofía se hizo antropocéntrica, buscaba al hombre.
Platón, discípulo de Sócrates y fundador de la Academia, desarrolló en sus Diálogos una alta concepción filosófica fundamentada en las ideas.
La filosofía griega llega a su culminación con la figura de Aristóteles, quien preconizaba que la verdad estaba en el mundo exterior y el hombre debía obtenerla a través de su razón.
Matemática y Física: Pitágoras consideró que los números son la clave para entender el universo.
En la época helenística, con la escuela de Alejandría, fundada por Euclídes, la geométrica llegó a su más alto desarrollo.
La Física tuvo su principal representante en Arquimides.
Geografía y Astronomía: La Geografía conoció un progreso decisivo en la primera época alejandrina (siglo IV a.C.). Heráclides habló de la rotación de la Tierra y de la traslación de los planetas Mercurio y Venus alrededor del Sol.
Eratóstenes midió con aproximación la longitud de un grado del meridiano terrestre.
Bajo la dominación romana, brilló el griego Claudio Ptolomeo.
Medicina: Hipócrates de Cos es considerado el padre de la Medicina. En plena dominación romana sobresalió Galeno.
Poesía dramática, épica y lírica: En el campo de la poesía, se encuentra la figura de Homero presunto autor de la gran epopeya que narra la guerra de Troya y el retorno de Ulises a su patria.
También en el campo de la épica, se mueve el gran Hesiodo, autor de la Teogonía, obra de carácter mitológico.
En la poesía lírica, destacan Anacreonte, Píndaro y la primera poetisa que registra la historia Safo de Lesbos.
El Teatro: La tradición vincula el origen del teatro con las fiestas que se celebraban en honor de Dionisios con motivo de la vendimia. Estas fiestas eran de carácter colectivo. En ella se interpretaban canciones y danzas en honor del dios del vino. Los actores solían aparecer vestidos con pieles de machos cabríos (trasgos); de ahí el nombre de tragedia. La tragedia constituía el más alto aporte de la cultura griega a la historia de la literatura. La Comedia tuvo también su origen en las fiestas dionisíacas. Aristófanes, el más importante de los poetas cómicos, ridiculizó y criticó los vicios y defectos de la sociedad y de las instituciones de su época.
Esquilo fue llamado el “padre de la tragedia”. Compuso numerosas obras, de las que sólo siete han llegado hasta nosotros, entre las que destacan “Prometeo encadenado”, “Las suplicantes”, “Los siete contra Tebas” y “Los Persas”.
Sófocles dio a la tragedia su perfección definitiva. Su trilogía de Edipo (Edipo rey, Edipo en Colonna y Antígona) se considera como la obra maestra del arte trágico en Grecia.
Eurípides. Con él la tragedia se humanizó plenamente. La acción de sus obras se centra en el hombre común y la vida cotidiana: Medea, Hipólito Coronado, Las Troyanas.
La Historia: Como relato de los grandes hechos que se vivían en el mundo antiguo tuvo entre sus representantes más destacados a: Heródoto, considerado como el “padre de la historia”, narró en “Los Nueve Libros” la historia de las luchas entre los griegos y los persas. Tucídides relató en “Las guerras del Peloponeso” la gran contienda entre Atenas y Esparta. Jenofonte cierra el ciclo de grandes historiadores griegos. En su famosa obra “Anábasis” narró la retirada de los 10.000 griegos que fueron a Persia en ayuda de Ciro el joven contra Darío II.
La Escultura: Animada por un espíritu nuevo, la escultura griega se humaniza entregándose a la representación del hombre en la plenitud de su perfección corporal. Con Fidias, la perfección de la escultura griega, Ilegó a su culminación. Su obra en relieve se centró en la decoración del Partenón.

















ACTIVIDADES

I ITEM CARACTERICE CADA UNO DE LOS PERIODOS DE LA EVOLUCION POLITICA ATENIENSE, EN SU ASPECTO INSTITUCIONAL, ECONOMICO Y SOCIAL.

1550 a.C.
Monarquía 900 a. C.
Aristocracia 594 a. C.
Plutocracia 561 a. C.
Tiranía 510 a. C.
Democracia
404 a. C.


















































II ITEM VERDADERO O FALSO (JUSTIFIQUE LAS FALSAS)

1 La geografía de Grecia se caracteriza por poseer extensas llanuras que favorecieron la comunicación entre las diferentes regiones.

2 El sector continental de Grecia está rodeado por el mar Adriático y el mar Tirreno.

3 La civilización minoica tuvo su centro en la isla de Creta.

4 Nunca los griegos se unieron en un estado nacional que hubiese abarcado toda la Hélade.

5 A partir del siglo VIII a.C. los griegos se lanzaron a colonizar las costas del Mediterraneo desde el Mar Negro hasta el estrecho de Gilbraltar.

6 Las colonias griegas fueron ciudades completamente independientes de la ciudad fundadora o metrópoli

7 En atenas la monarquía reemplazó a los arcontes en la dirección del gobierno

8 La nobleza era la clase dirigente cuyos miembros llevaban el nombre de eupátridas

9 En Grecia la esclavitud estaba prohibida

10 Hacia el 1200 a. C. los Aqueos penetraron al sur del Peloponeso, donde crearon la ciudad de Esparta

11 Se denominaron “iguales” a la clase dirigente en Esparta

12 El poderío militar de esparta se basaba fundamentalmente en su flota

13 La religión griega fue escencialmente politeista y antropomorfica

14 Las principales manifestaciones del culto religioso se efectuaron en los templos

15 En la primera guerra médica, Milciades logra derrotar a los persas en la batalla de Maratón

16 Atenas nunca fue invadida por los persas, en el desarrollo de las guerras médicas

17 Como consecuencia de las guerras médicas, Esparta se constituyó en la gran potencia de la Hélade

18 Con pericles las magistraturas se abrieron a todos los atenienses libres, con lo que la igualdad de derechos fue una realidad

19 Las guerras del Peloponeso fue un conflicto entre Atenas y Esparta por el predominio y control de la Grecia Continental

20 Uno de los mayores aportes de la cultura griega a la historia de la literatura fue la tragedia, destacándose Esquilo, Sófocles y Eurípides








III ITEM DE LAS SIGUIENTES INSTITUCIONES SEÑALE SU LUGAR DE ORIGEN Y FUNCIONES EN LOS RECUADROS CORRESPONDIENTES

POLIS FUNCIONES
ARCONTES
AEROPAGO
ECCLESIA
BULE
ESTRATEGAS
HELIAIA
GERUSIA
APELLA
EFOROS


IV ITEM RESUMEN DE CONCEPTOS

1. Tres causas de la coloniazación griega:

a.
b.
c.

2. ¿A qué se le denomina civilización micénica?



3. Tres consecuencias de las guerras médicas

a.
b.
c.

4. Sintetice las reformas realizadas por los legisladores Solón y Clístenes

Solón
Clístenes

5. Señale la estructura de la sociedad espartana

a.
b.
c.

6. Explique el funcionamiento de la democracia en tiempos de Pericles



7. Indique el aporte a la cultura de los siguientes personajes

Socrates
Aristoteles
Hipócrates
Sófocles
Pindaro
Heródoto
Tucidides
Pitágoras

8. Señale la principal causa de la Guerra del Peloponeso



9. ¿Cuál es el aporte de Grecia a la cultura occidental?



V ITEM ANALISIS DE DOCUMENTO

“Nuestra constitución política no sigue las leyes de las otras ciudades, sino que da leyes y ejemplos a los demás. Nuestro gobierno se llama democracia porque la administración sirve los intereses de la masa y no de una minoría. De acuerdo con nuestras leyes todos somos iguales en lo que se refiere a nuestras diferencias particulares. Pero en lo relativo a la participación en la vida pública, cada cual obtiene la consideración de acuerdo con sus méritos y es más importante el valor personal que la clase a la que pertenece; es decir, nadie siente el obstáculo de su pobreza o inferior condición social, cuando su valía le capacita para prestar servicios a la ciudad”.
(Perícles)






1. ¿Por qué la constitución ateniense, según Pericles, es un ejemplo para las otras polis?


2. ¿Qué significado otorga a la frase “es más importante el valor personal que la clase a la que se pertenece?



3. ¿Qué es la pretación de “servicios a la ciudad”?



VI ITEM TERMINOS PAREADOS


1 Redactó un Código extremadamente severo, en el que la mayor parte de los delitos eran castigados con la muerte. Temístocles
2 Arconte, que realizó importantes reformas políticas como la de crear el Consejo de los 400. Dracón
3 Perteneciente a la clase de los Eupátridas, se puso al frente del partido popular,,se apoderó de la Acrópolis y se hizo reconocer como tirano. Solón
4 Según la tradición espartana, fue el organizador de la sociedad y del gobierno. Leonidas
5 Rey de Persia, hijo de Darío, se propuso realizar la conquista de Grecia y preparó, a tal efecto, una formidable expedición. Pericles
6 Rey de Esparta. Fue el héroe en la batalla de las Termópilas. Jerjes
7 Su estrategia en la batalla de Salamina, llevó a los griegos a una victoria decisiva contra los Persas. Licurgo
8 De origen noble, pero de tendencias populares, fue encargado de revisar las leyes de Solón. Estableció el Ostracismo. Pisistrato
9 Jefe del partido popular, dirigió sus esfuerzos a reformar el Areópago, quitándole todas sus funciones políticas. A raíz de estas reformas fue asesínado. Efialtes
10 En el siglo V a.C., se destacó como uno de los estadistas notables de Atenas. Reelegido como estratega por muchos años, su obra fue extraordinaria. Clistenes

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Claudio Villarroel Vidal cvillarroelvidal@gmail.com Deja tu comentario u aporte.